El nombre de Tim Krul va a quedar grabado en la leyenda de los Mundiales. Su historia será recordada con el paso del tiempo; cuando comenzó el partido de cuartos de final entre Holanda y Costa Rica nadie contaba con él. Nadie excepto uno, Louis Van Gaal, que se guardaba un as en la manga por si el encuentro llegaba a tiros penales. Reseña Abc.es
El técnico tenía apuntado en su libreta un cambio de balonmano. En el minuto 120, Krul sustituía a Cillessen, solo para convertirse en el héroe de Holanda en los penaltis. Van Gaal acertó y el cancerbero del Newcastle se erigió en el verdadero protagonista. Adivinó los cinco lanzamientos de Costa Rica y paró dos. Suficientes para meter a la «oranje» entre las cuatro mejores del planeta.
Llegó a Brasil como tercer portero de su selección, pero la historia le tenía reservado un hueco. Calentó durante los 30 minutos de la prórroga y se pensó que Cillessen tenía problemas. Nada más lejos de la realidad. A falta de diez minutos, Krul empezó a practicar los penaltis y se empezó a intuir la que tenía preparada Van Gaal. Una jugada maestra.
Saltó al campo abrazando a Cillessen. El del Ajax acababa de salvar a Holanda en el último minuto, deteniendo un disparo a boca jarro de Ureña. Acabaron compartiendo el mérito. Krul le detuvo el penalti a Bryan Ruiz, y después a Umaña. El portero corrió a abrazar de nuevo a Cillessen cuando paró el último lanzamiento. Él había sido el héroe, pero sin Cillessen Holanda no habría llegado hasta la tanda de penaltis.
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