Quedará como una imagen repudiable del Mundial, la del momento en el que los encargados de la seguridad del estadio de Cuiabá le negaban la entrada al campo de juego a los hijos de Mondragón tras haber visto a su padre romper el récord como el jugador más longevo en jugar una Copa del Mundo. Ese día en el que Colombia le ganó a Japón y el portero se convirtió en historia, le privaron una foto con sus hijos en la misma cancha.
No se vivió lo mismo con los hijos de Arjan Robben, Robin Van Persie y Wesley Sneijder. Los niños pudieron ingresar al campo de juego y ser fotografiado con sus padres después del partido con Costa Rica. Una gran injusticia.