Gracias a la divulgación en la Red del manual de estilo de los agentes de la CIA cualquiera puede aprender a escribir cartas o informes como un espía estadounidense. Las claves de redacción son frases simples y algunos eufemismos.
El manual de estilo para los funcionarios de la CIA, que en 2011 vio la octava edición, ha sido publicado en el sitio web de Asesores de la Seguridad Nacional (National Security Counselors) en respuesta a la Ley de Libertad de Información.
Las reglas de redacción, detalladas en las 185 páginas del libro, enseñan a los agentes que los datos que obtengan y el análisis que hagan de ellos prácticamente carecen de valor si la información no se presenta de manera adecuada. Los informes deben escribirse en un estilo directo, sin “pompas ni florituras”, afirma el manual. Se recomienda evitar los detalles superfluos, por muy interesantes que puedan ser o parecer.
Asimismo, la CIA recomienda no utilizar frases ni párrafos largos. Los agentes no deben abusar de los adverbios y adjetivos. “Que los nombres y los verbos muestren su poder”, enseña la CIA.
El lenguaje del informe no debe cargarse con el uso de tecnicismos a menos que el análisis tenga como destinatario a un especialista. En general, los agentes deben intentar escribir de manera objetiva, “como los periodistas o los analistas”.
La guía presta especial atención al hecho de que “el mundo no es estático”, por lo que el lenguaje que los empleados de la CIA deben usar para evaluarlo también debe evolucionar. En este sentido, la inteligencia estadounidense ya dio muestras de sus habilidades para la oratoria: tras el 11-S, la CIA adoptó varias estrategias de interrogación descritas eufemísticamente como “técnicas de interrogación mejoradas”, aunque muchos consideran que se trataba pura y llanamente de torturas. Cada una de estas ‘técnicas’ tenía su propio eufemismo. Por ejemplo el término ‘submarino’ se refería a la técnica de producir una simulación de asfixia con el objetivo de conseguir información de los supuestos terroristas.