Lapatilla
Venezuela está endeudada más allá de sus posibilidades actuales y se encuentra constreñida por un monstruo burocrático que no puede mantener.
Cualquier ajuste que tenga que adoptarse para evitar el descalabro total de la nación, será sumamente gravoso para la inmensa mayoría de los venezolanos y no será viable si no existe un gran acuerdo nacional sobre la necesidad imperiosa de llevarlo a cabo.
Es la hora de entender que el barco se está hundiendo y no hay mitad que se salve a menos que se reme al unísono.