Posterior al Día del Periodista me honra dedicarle estas cortas, pero merecidas líneas, a quienes nos informan acerca del acontecer nacional, de manera veraz y oportuna. Por tal razón los invito a seguir teniendo una mente crítica, capaz de razonar, enfrentar los retos y reflexionar sobre los valores que forjan la grandeza de esta noble profesión.
Por más de una década hemos sido testigos de cómo las torres de la libertad de expresión se caen, bajo los ataques de unos bárbaros procedentes de una isla hundida en el atraso, en el feudalismo, en la monarquía absolutista, en la esclavitud. El corazón duele al ver como un pasado ya fracasado y sepultado en el mundo, en Venezuela avanza, destruyendo el futuro. Ojalá en su insaciable hambre de poder, esta vez no logren su objetivo.
Actualmente tenemos la hegemonía comunicacional del gobierno, sumado a la persecución contra periodistas, después de casi cinco meses de protestas, deja a unos 230 comunicadores sociales como víctimas de agresiones.
Es por ello que vemos con recelo la compra del diario El Universal, el mismo que hace unos años había denunciado, que su ahora Presidente, se encontraba prófugo de la justicia, ya que presuntamente estuvo vinculado al extinto Banco Latino.
Al ver el cambio a los que fueron objeto otros medios recién adquirido por personeros del gobierno, disfrazados de empresarios, deja cierta angustia tanto en trabajadores de El Universal, como en los lectores fieles que por más de un siglo han confiado en el profesionalismo y ética de sus comunicadores.
Es de conocimiento público, que una empresa constituida hace un año en España, es accionista del diario. Una organización dedicada a negocios que muy poco tienen que ver entre sí. Causa curiosidad la procedencia del dinero de esta nueva adquisición
Haciendo una investigación acerca de la citada compañía, refleja que la primera inversión -no se sabe de dónde vino el capital- fue para comprar El Universal. No será difícil saber quién está detrás de esto haciendo un network analysis. Los chavistas y conectados disponen de monumentales recursos, ya que cuentan con banca, empresas, y claro está, el Estado en sus manos.
Con toda seguridad, sí El Universal cambia su estilo, sí se producen despidos y censuras -como ha sucedido en otros medios de comunicación- estoy seguro que sencillamente los venezolanos dejaremos de comprarlo.
Es curioso que en un país donde no existe seguridad jurídica y priva el constante “No Hay”, no se escapa la escasez de papel, lo que genera dudas en relación a este “grupo empresarial”, que a menos que no tengan vínculo con el gobierno, nos preguntamos ¿por qué se expone a tal riesgo?.
Por último mi solidaridad para todo ese gran equipo de El Universal, esperemos que parte de ese avance hacia el crecimiento del que habla el gobierno, no sea un capítulo repetido en el que la crítica no sea posible al actual régimen, el mismo que actúa bajo esa careta que han querido hacer ver como que prive la “sensatez y/o cordura”
@omaravila2010