El nuevo presidente del diario «El Universal», Jesús Abreu Anselmi, ha negado tener vinculación con el chavismo pero no ha despejado las dudas sobre la identidad de los empresarios españoles que han comprado el diario de 105 años de fundado, el más antiguo de Venezuela, publica abc.es.
Tampoco ha dicho lo que costó la operación de compra venta, aunque reconoce que hay una gran diferencia entre los 3.500 del capital social de la empresa española Epalisticia, domiciliada en Madrid hace un año, y el valor real del diario que se habría vendido por 90 millones de euros.
En el estreno de su cargo, Abreu dio una entrevista en el mismo diario este domingo para ratificar y dar garantías de que respetará la libertad de expresión, la imparcialidad informativa y la nómina del personal. Sin embargo, mantuvo el halo de misterio que envuelve a esta curiosa empresa madrileña y sus socios españoles.
Abreu es un ingeniero civil egresado de la Universidad Central de Venezuela. Se confiesa como un devoto de la fe cristiana pero no revela los nombres de quienes lo han designado como presidente de El Universal, con quienes se ha reunido en Caracas y no en Madrid, «sin haber participado en el proceso de la negociación».
Cuenta que se ha dedicado en los últimos 14 años al rescate de empresas. En el caso de El Universal «unos señores españoles, quienes constituyeron una empresa, hace un año, para concretar la operación de compra de la compañía, me contactaron y luego de varias reuniones de trabajo me pidieron que asumiera una responsabilidad en la conducción de la empresa».
Sobre la contradicción entre el bajo capital de Epalisticia y el valor del diario, Abreu reconoció que «existe poca relación entre el capital con el cual se constituye la compañía y el monto de la operación porque presumo que se asume las acciones a nombre de una empresa nueva, perfectamente independiente del pasado de los compradores. A esos efectos constituyeron la empresa, en el año 2013, para avanzar en las negociaciones».
Línea editorial
Cuando se le preguntó si conocía la empresa Epalisticia, que parece un chiringuito en Madrid, respondió que «las reuniones que sostuve con los directivos de la compañía fueron en Caracas».
También ratificó la línea editorial de El Universal «lo importante es la imparcialidad, la inclusión de todas las tendencias políticas, la independencia de cualquier parcialidad partidista o personalidad y asegurarse de que siempre aparezcan las dos caras de la moneda».
«La línea de imparcialidad obliga al periódico a ser absolutamente objetivo en el plano de la política. Aquí sostenemos una apertura a la pluralidad de las distintas manifestaciones. No solo seremos críticos del Gobierno, sino de todo aquello que sea necesario criticar. El objetivo del periódico no es hacer actividad política sino suministrar información veraz y objetiva. Siempre con un lenguaje de altura y una intachable posición ética», dijo.
Subrayó que «aquí no habrá ni control, ni cortapisas. La libertad de expresión es un valor esencial y el periódico es una institución de la República, del país y como tal se mantendrán».
«El Nacional» no se lo cree
Sus palabras de compromiso parece que no convencen a la competencia. Miguel Henrique Otero, presidente-editor de «El Nacional», señala que la venta de El Universal es parte de «la hegemonía comunicacional» que plantea el gobierno chavista.
El control mediático del oficialismo pasa por «la agresión directa, la utilización de los tribunales, las leyes, la represión administrativa y la compra de medios», dijo al reiterar queEl Nacional «ni se compra ni se vende».
Sobre la crisis de papel que vive el periódico, Otero mencionó que se trata de una situación caracterizada por «la aprobación pero no la liquidación de divisas» y recordó que para solventar el problema de manera puntual, grandes medios del continente le han prestado papel a El Nacional que le permite al periódico circular hasta septiembre u octubre, «quizás un poquito más».