El presidente de EE.UU., Barack Obama, trató hoy de promocionar la innovación en infraestructuras al ponerse por primera vez en seis años detrás de un volante, el de un simulador de conducción que, tras circular a gran velocidad por una autopista virtual, le dejó “un poco mareado”.
Durante una visita a un laboratorio donde se prueban tecnologías que permiten a los vehículos comunicarse entre sí, Obama tuvo la oportunidad de manejar un simulador de automóvil diseñado para avisar a su ocupante “si un vehículo cercano va a saltarse un semáforo o si se acerca un automóvil” a demasiada velocidad, explicó.
“Ha sido un poco como (la serie de televisión) ‘Knight Rider’ (“El auto fantástico”)”, dijo Obama en un discurso en el centro Turner-Fairbank de investigación para autopistas en McLean (Virginia), a las afueras de Washington.
“Pero tengo que decir que me desorienté un poco. No he manejado en alrededor de seis años, y creo que tengo un poco del síndrome del pie de plomo, porque iba por la autopista (simulada) y empezaba a llegar a las 90 (millas por hora, equivalentes a 144 kilómetros por hora)”, confesó entre risas.
“Y prácticamente a mi lado estaba el grupo de periodistas y fotógrafos, que básicamente viajaba conmigo a 90 millas por hora, y me dejaron un poco mareado. Pero me he recuperado”, aseguró.
Obama acudió al centro de investigación de McLean, que prueba tecnologías inalámbricas para permitir que los vehículos se comuniquen entre sí, para destacar la urgencia de reparar las decadentes autopistas y puentes en todo el país.
El mandatario ha emprendido una nueva campaña ante el inminente agotamiento de recursos en el Fondo Fiduciario de Autopistas, que podría quedarse insolvente en agosto, algo que amenazaría casi 700.000 empleos en todo el país, de acuerdo con la Casa Blanca.
El pasado febrero, Obama presentó un plan para invertir más de 300.000 millones de dólares en infraestructuras en los próximos cuatro años, pero esa propuesta ha quedado estancada durante meses en el Congreso.
Está previsto que la Cámara de Representantes vote hoy sobre una medida más temporal, un plan valorado en 10.800 millones de dólares que permitiría mantener el fondo abierto hasta mayo de 2015, algo a lo que Obama expresó hoy su apoyo, aunque con matices.
“Hay proyectos de ley bipartidistas tanto en la Cámara como en el Senado que arreglarían el problema a corto plazo. Y lo apoyo. Como mínimo, el Congreso debería mantener en el trabajo a la gente que ya está allí. Pero lo único que esto hace es obligarnos a afrontar la misma crisis dentro de unos meses”, advirtió.
EFE