La compra de «El Universal», el principal diario de Venezuela y uno de los pocos medios críticos con el chavismo, ha sobrepasado la opacidad para instalarse en el surrealismo. El cien por cien de las acciones de Epalistica S.L., la empresa española que ha adquirido el medio de comunicación caraqueño, pertenece a una sociedad pantalla panameña, Tecnobreaks Inc. El dueño de esta compañía y, por lo tanto, propietario «oficial» de «El Universal» es Carlos Odín Velasco, un venezolano afincado en Panamá que niega estar detrás de la operación. Asegura que su empresa ha sido utilizada y que él no tiene ni una mínima parte de los alrededor de 20 millones de euros que ha costado el periódico.
ABC ha localizado a Velasco a través de una red social. El testaferro venozalano sostiene que ha puesto el asunto en manos de sus abogados y dice temer por la integridad de su hija, que reside en Venezuela:«No puedo hablar hasta que mis abogados me autoricen. Mi silencio es por seguridad. Debes entender que en Venezuela hay mucha inseguridad y allá tengo a mi pequeña», remacha.
Según el Registro Mercantil de Panamá, Carlos Odín Velasco Cuello es presidente de Tecnobreaks Inc., mientras que su padre, Carlos Velasco Mora, ejerce como tesorero. Éste, el padre, gestiona un taller mecánico en el estado venezolano de Sucre llamado Tecno Frenos, de ahí que la sociedad pantalla panameña fuera bautizada Tecnobreaks, una mala traducción del inglés (la correcta sería Tecnobrakes). La sociedad fue escriturada el seis de julio de 2011 por un abogado panameño, José Alejandro Quiodettis, que actúa como «agente residente». El capital social de Tecnobreaks es de 10.000 balboas, unos 7.400 euros.
Testaferros forzosos
Según la versión de Velasco, padre e hijo se habrían convertido en testaferros forzosos de los verdaderos dueños de «El Universal». La ley venezolanaprohíbe que ciudadanos extranjeros controlen medios de comunicación nacionales. Quienes pueden arrojar algo de luz a estas extrañas maniobras, los gestores españoles de Epalistica, sociedad domiciliada en el madrileño Paseo de Pintor Rosales, se han negado reiteradamente a revelar la identidad de los reales inversores. Alegan «cláusulas de confidencialidad».
Epalisticia Private Equity tiene apenas un año de vida. Fue registrada en Madrid el 24 de julio de 2013 con un capital social de sólo 3.500 euros. El fondo de inversión asegura en su página web que canaliza inversiones de mil millones de dólares en «petróleo, energías renovables, medios de comunicación y bienes raíces» (inmuebles)
Notaría madrileña
Según las fuentes consultadas, la razón de ser de Epalisticia es la compra de «El Universal». Mientras se fraguaba esta operación con los propietarios del diario, la familia Mata, el pasado 25 de abril Tecnobreaks Inc se hizo con la totalidad del capital de Epalisticia S.L., tal y como refleja el Registro Mercantil de Madrid. La operación se cerró en una notaría del Paseo de la Castellana.
Tres meses después se hizo público el cambio de manos del diario. El nuevo presidente, Jesús Abreu Anselmi, niega que los nuevos dueños tengan vinculación con el chavismo. La oposición teme que ocurra lo mismo que con Globovisión, adquirida en 2013 por empresarios afines al Gobierno de Maduro.
Epalisticia tiene tres cabezas visibles: Eduardo López de la Osa, gestor de banca privada; José Luis Basanta, consultor; y José Antonio de la Torre, abogado. Pese a las lagunas de la operación, fuentes conocedoras de los detalles sostienen que los socios son solventes y que tienen «experencia en el sector de los medios de comunicación».