Entre alegría y dudas: A desalojados de la Torre de David les cuesta digerir la despedida

Entre alegría y dudas: A desalojados de la Torre de David les cuesta digerir la despedida

Foto AFP
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Mientras lava la vajilla, a Adriana Gutiérrez le cuesta digerir que en cualquier momento deberá despedirse de su rutina en la “Torre de David”, una superestructura invadida desde 2007 en Caracas y que está siendo desalojada por el gobierno venezolano.

Gutiérrez, comerciante de 43 años, tenía su empleo a 15 minutos de éste ‘rascacielo-favela’ ubicado en pleno centro de Caracas, con facilidades de transporte público y casi todos los servicios a la vuelta de la esquina.

“Uno tenía una vida aquí y esto será un nuevo comienzo. Me da tristeza porque tuvimos momentos buenos y malos e hicimos amistades. Me preocupa perder mi trabajo”, confiesa Adriana, con voz quebrada, a punto del llanto.





Ahora deberá establecerse en Ciudad Zamora, un proyecto urbanístico de la estatal Misión Vivienda, ideada por el fallecido Hugo Chávez, ubicada a unos 40 kilómetros a las afueras de Caracas. Desde allí, necesitará tomar un tren y un subterráneo para llegar a la ciudad.

Este jueves comenzó la segunda fase del desalojo de la “Torre de David”, que pretende mudar a 83 de las 1.156 familias registradas por el gobierno venezolano, que se sumarán a otras 77 que ya fueron reubicadas.

Cerca de la medianoche del miércoles se clausuró y se selló con candado el piso 28, el nivel más alto ocupado de los 45 de esta superestructura que se divisa desde casi cualquier punto de la ciudad.

El ministro para la transformación revolucionaria de Caracas Ernesto Villegas explicó que se desalojarán los tres edificios -la gigantesca torre principal, la segunda de 20 pisos y otra de 10- desde arriba hacia abajo, a la inversa de como fueron apoderándose del lugar sus ocupantes, que llegaron a 3.000, según cifras oficiales.

–Dulce despedida–

Aunque es prometida como una “mejor salida” para los habitantes de la otrora torre Confinanzas, Ciudad Zamora tiene pendiente la dotación regular de agua y la construcción de una escuela.

“Es un proceso paulatino. Se irá dando solución a todas las necesidades a medida que sean reubicadas las familias”, declaró Villegas a la AFP.

A pesar de las carencias, muchos ven con ilusión la posibilidad de mudarse a un espacio concebido como residencial y que consideran propio.

Inés Orozco, chavista confesa, líder vecinal de la torre y protagonista de la invasión que -ante la vista cómplice del gobierno- ocurrió el 25 de octubre de 2007, cree que mejorará sustancialmente su vida.

“Cuando llegamos, estuvimos tres meses viviendo en carpas y fue difícil organizarnos, pero lo logramos. Igual es difícil vivir así, tener que subir tantas escaleras -no hay elevadores- y lidiar con la falta de agua”, dijo a la AFP Orozco, quien fue una de las encargadas de establecer las primeras normas de convivencia que hoy persisten.

El ministro Villegas no estableció fecha para la culminación de los desalojos de la superestructura, concebida como un Wall Street caraqueño por su creador, el banquero venezolano David Brillembourg, cuyo fallecimiento en 1993 detuvo su construcción.

El presidente socialista Nicolás Maduro adelantó el miércoles, en rueda de prensa, cuál podría ser el futuro de la “Torre de David”, que recibió el León de Oro en una criticada Bienal de Arquitectura de Venecia celebrada en 2012.

Maduro se aventuró a decir que esta edificación, símbolo de la invasión tolerada por el gobierno chavista, podría convertirse en un edificio residencial, un centro financiero o que, posiblemente, podría ser demolida. AFP