Los holandeses se han sentido indignados al conocer que una de las hijas de Putin, María, vive en el país con su novio. Más aún después de la supuesta responsabilidad del Gobierno ruso en el derribo del vuelo MH17, que costó la vida en Ucrania a 193 ciudadanos holandeses, publica abc.es.
En el país se han alzado voces pidiendo que sea deportada, como la del alcalde de la localidad de Hilversum, en la zona sur de los Países Bajos. Pieter Broertjes pidió durante una entrevista en la radio holandesa que María Putin, que vive en Voorschoten, fuera «expulsada del país», según informa The Guardian. Más tarde, el alcalde se retractó de sus declaraciones en Twitter, y admitió que «no había sido un comentario muy inteligente», pero que nacía del «sentimiento de impotencia» que comparte con muchos ciudadanos holandeses.
Por su parte, ucranianos residentes en los Países Bajos han llamado a manifestarse de forma pacífica, según recoge el diario De Telegraph, frente al piso de la hija de Putin. En Holanda, María Putin ha sido relacionada sentimentalmente con Jorrit Faasen, quien ocupa cargos de importancia en compañías rusas como Gazprom y Stroytransgaz. Faasen saltó a la palestra informativa cuando en 2010 denunció el asalto de los guardaespaldas del banquero ruso Matvei Urin en Moscú.
Por su parte, las hijas de Putin (María y Yekaterina) se han mantenido lejos de los focos, y nunca han sido oficialmente fotografiadas en su edad adulta, aunque, según informa The New York Post, una fotografía de la mayor de los retoños de Putin ha pululado por la red social Facebook.