El general Hugo Armando Carvajal Barrios no era un hombre más dentro de la estructura burocrática venezolana. Fue durante años uno de los pocos funcionarios que podían llegar hasta lo más íntimo del poder y aconsejar al jefe máximo del gobierno: Hugo Chávez, publica Infobae.
Nacido el 1º de abril de 1960 en Puerto La Cruz, este de Venezuela, Carvajal estuvo desde los comienzos de Chávez hasta su “separación”. Participó en el intento de golpe de Estado que dio el posterior presidente en 1992 y fue nombrado jefe de Inteligencia en 2004 hasta 2011.
Hizo la secundaria en el Liceo Militar “José Antonio Anzoátegui” y luego ingresó a la Academia Militar, donde se graduó en 1981. Fue durante esos años cuando lo bautizaron “El Pollo”.
“El Pollo” fue el jefe de la División General de Inteligencia Militar venezolana (DGIM) y quien más secretos compartió con el extinto caudillo bolivariano. Es también un símbolo de la corrupción chavista y muchos en el régimen creen que con su caída se aproxima una complicada época para la red de complicidades que se tejió a lo largo de los años de gobierno bolivariano.
Segun publicó el diario El Nuevo Herald, Carvajal es “la joya de la corona”, según le confió una de las fuentes vinculadas con la operación que lo detuvo y que habló bajo condición de anonimato. “Este es el Pablo Escobar de esta historia”.
Torturas, protección a terroristas y vínculos estrechos con narcotraficantes son algunos de los “pergaminos” que permitieron a Carvajal cosechar a lo largo de sus años la confianza del “comandante”. En Colombia, lo identificaron como el responsable de facilitarles documentos y cobertura a terroristas de las FARC y a capos narcos. También se supone que participó en las torturas infligidas a dos miembros del Ejército de Colombia, capitán Camilo González y cabo Gregorio Martínez, y su posterior asesinato.
Bajo la conducción de Carvajal, la DGIM incrementó sus actividades de espionaje interno. Las “cacerías de brujas” producidas a lo largo de la larga década chavista se han incrementado tras la asunción de este general del Ejército Bolivariano al frente de la división. Incluso, las denuncias por torturas a los propios miembros de las Fuerzas Armadas han sido moneda corriente. Una supuesta deslealtad era cuestión de persecución y “depuración”.
Sus nexos con el narcotráfico fueron clave para su detención y el procesamiento que enfrentará ante la Justicia de los Estados Unidos. Sus reuniones con los jefes de las FARC eran frecuentes: en 2006 sostuvo un encuentro con Germán Briceño Suárez, un importante mandamás de la organización terrorista y hermano del “Mono Jojoy”. Fue en la finca Corocito, en San Silvestre, estado de Barinas. En esta participaron al menos 20 personas, muchas de ellas, miembros de su equipo de contrainteligencia. Allí habrían pactado financiamiento y ayuda logística para los terroristas que operaban en la frontera entre Venezuela y Colombia.
En 2008, Carvajal ya estaba en la mira de la Justicia norteamericana por ser parte de la red de corrupción más grande de la historia venezolana y por sus vínculos con el narcoterrorismo de las FARC. El Tesoro de los Estados Unidos lo sancionó junto a otros ministros y funcionarios de Chávez.
El 16 de enero último, Nicolás Maduro, actual presidente venezolano, le buscó un refugio diplomático a Carvajal: el consulado en Aruba, donde hoy fue detenido por la DEA. El temor dentro del seno del gobierno chavista y su red de complicidades crece cada minuto que Carvajal está detenido.
“El Pollo” es quien más conoce los secretos de los popes del chavismo: Diosdado Cabello, Maduro, Cilia Flores, entre otros. Todos temen que hable, aunque sospechan que igualmente sus caídas son sólo cuestión de tiempo. Empresarios, financistas, testaferros, generales, coroneles y políticos en general entraron en pánico por lo que creen puede ser el comienzo del desmoronamiento de toda la estructura de corrupción que podría terminar con ellos tras las rejas.