La otra forma de vender a PDVSA es endeudando a la República comprometiendo petróleo a futuro, no es una venta de activos o de derechos, sino de hecho. Una persona que estuvo en la reunión de Rafael Ramírez con los chinos comentó que salió de ahí “con el estómago revuelto y mordiéndome los labios. Los chinos tendrán la información de producción diaria de crudo en todo el país y decidirán que irá al mercado y que será enviado a China. Para ello cuentan ahora con los códigos remotos de exploración, producción y despacho de crudos, o sea recibirán en tiempo real la cantidad de barriles diarios que tiene el país y serán dueños de nuestro petróleo durante los próximos treinta años, al menos”. A este cuadro hay que agregar las negociaciones entreguistas con otros países como Rusia, Irán, Cuba, etc. El endeudamiento del país es obsceno, se ha elevado a niveles exorbitantes con la misma celeridad con que han desaparecido los recursos, buena parte de ellos desviados a los bolsillos de las cúpulas podridas del PSUV mediante empresas de maletín y operaciones fraudulentas.
Si esta depravada e insaciable confabulación contra los intereses de Venezuela, no es Traición a la Patria, no puedo entonces imaginar que pueda serlo. Toda esa retórica oficialista sobre la soberanía nacional es una excusa para robar a la Nación. La lucha contra la pobreza es una coartada. El discurso contra el imperialismo lo pronuncian mientras se bajan los pantalones ante el imperio chino y engordan sus cuentas bancarias personales. El madurismo resultó peor que el gobierno anterior. Ahora ¿Todo el chavismo será cómplice de estos delitos? Veremos, lo cierto es que esta dolorosa realidad reafirma la urgente necesidad de un cambio en Venezuela.
Por Richard Casanova
(*) Dirigente progresista. Vicepresidente de la ANR del Colegio de Ingenieros de Vzla.
Twitter: @richcasanova