California celebró este fin de semana el festival del ajo de Gilroy, una de las mayores ferias gastronómicas de Estados Unidos y en la que todo gira en torno a este versátil ingrediente, que escapa de los platos más convencionales para recalar en el chocolate o el helado.
Combinaciones tan exóticas como mermelada de ajo, patatas fritas al ajillo con carne de cangrejo o los mencionados chocolate y helado de ajo se unen a los más tradicionales pan de ajo o calamares al ajillo para, durante los tres días que dura el festival, impregnar el centro de California de un olor inconfundible.
“Ofrecemos la bomba de chocolate de ajo, que es un bombón de chocolate de una pureza del 58 % con ajo tostado en el centro”, explicaron a Efe el matrimonio formado por Kristen y Dean Scott, propietarios de la tienda de dulces “Artisan Candies” en San José, a escasos kilómetros de donde se celebra la feria, y quienes montaron un puesto en el festival.
El chocolate de ajo es una de las principales novedades de la trigésimo sexta edición del festival, un producto que nació después de que varios amantes del ajo le propusieran la idea al matrimonio Scott.
“Hemos participado cada año en la feria desde hace cinco ediciones, y cada año la gente nos preguntaba si teníamos chocolate de ajo, así que decidimos dar un paso adelante y hacerlo realidad”, explicaron los Scott, quienes en su tienda de San José venden “caramelos de toda la vida” a los que dan un toque moderno.
A la pequeña ciudad de Gilroy (que apenas alcanza los 50.000 habitantes) llegan durante los tres días que dura el festival decenas de miles de turistas amantes del ajo, lo que supone una enorme inyección económica para la localidad, que el año pasado vio cómo los 102.000 asistentes a la feria se gastaron alrededor de dos millones de dólares (1,4 millones de euros).
El festival del ajo de Gilroy se celebra cada julio desde 1979, cuando nació por iniciativa local con la intención de promocionar la autodenominada “capital mundial del ajo”, ya que en los campos aledaños a Gilroy se cultivan toneladas de esta planta destinadas tanto al consumo interno en Estados Unidos como a la exportación.
“Es mi primera vez en el festival y me gusta mucho, especialmente las alitas de pollo de ajo y el helado de ajo”, explicó a Efe Peter Samson, un joven asistente a la feria que iba ataviado con un llamativo sombrero blanco con forma del bulbo.
Si bien el chocolate de ajo del matrimonio Scott se lleva el título de mayor sorpresa de este año, la indiscutible enseña del festival sigue siendo el helado de ajo, deseado por todos y del que en esta edición se ofrecen muestras gratuitas a los visitantes.
Del mismo modo que todo el mundo quiere probar el famoso helado de la liliácea, nadie en la feria se pierde la oportunidad de tomarse una fotografía junto al Señor Ajo (Mister Garlic), un hombre de edad avanzada, con una espesa barba blanca, que lleva una corona de ajos en la cabeza y un gran vestido abombado con forma de ajo.
“He sido el Míster Ajo desde hace veintisiete años, cuando mi mujer me propuso como voluntario. En esa ocasión, llegó a casa y me dijo: ‘Te he apuntado como voluntario para ser el próximo Señor Ajo'”, explicó entre risas a Efe.
El Señor Ajo -cuyo nombre real es Gerry Foissy- se pasea entre los tenderetes de la feria junto a su esposa, con quien durante varios años residió en Gilroy, aunque ahora se han trasladado a San José.
“Lo que me gusta más es hacer sonreír a gente de todo tipo, locales y turistas”, indicó.
Desde el pasado viernes y hasta este domingo, cualquiera que lo desee puede acercarse a Gilroy y disfrutar de infinidad de platos distintos cocinados con ajo, cuyo precio varía entre los cuatro y los diez dólares (entre 3 y 7,4 euros), así como tomar muestras gratuitas de diferentes productos, presenciar en directo lecciones de cocina y relajarse con varios números musicales. EFE