La inestabilidad del clima ha contribuido a que la producción de pasto y cultivos en Anzoátegui haya mermado. El presidente de la Asociación de Ganaderos del sur de la entidad, Mauro Barrios, señaló que el problema de tener que depender de las condiciones del tiempo ocasiona un impacto negativo en el engorde de las reses. eltiempo.com.ve / Marinelid Marcano
Destacó que el período lluvioso, que normalmente era de mayo a noviembre, en los últimos años se ha ido alterando. Ahora no comienza igual.
“Este año hubo un retraso de casi mes y medio (en las lluvias), pero lo más grave es que no ha sido constante, sino que fluctúa mucho. Por supuesto, ello perjudica la producción tanto de cultivos como de pastos”, dijo.
Barrios indicó que actualmente se registran pérdidas considerables, pero no pudo precisar una cifra exacta.
Lo que sí aseguró es que la desaparición de pastos es a nivel regional y nacional.
“El próximo año, de continuar las lluvias como están, no habrá alimento para el ganado. Si a esto le sumamos las quemas, pues que Dios nos agarre confesados en el campo”.
A su juicio, se han aplicado malas políticas de riego en la agricultura. Por tanto, cree que es necesario instalar una mesa de trabajo en la que participen gobierno, productores y todos aquellos entes que tengan que ver con la producción.
“En los últimos años se ha visto un deterioro de los pastos, porque cuesta mucho dinero establecer potreros. La regulación en los precios del producto (las pacas de paja) limita a los trabajadores del campo”.
Dentro de un plan que ha desarrollado el gremialista, precisó que la mejor opción para reimpulsar la ganadería en la entidad, es utilizar ganado de doble propósito.
También estudiar la genética del rebaño, mejorar la cantidad y calidad de los pastos, hacer garantizar la salud del animal, entre otras.
Indicó que se requiere de un programa intensivo de pastizales con la siembra de cinco mil hectáreas por año, con el aporte de créditos con los mismos plazos.
Igualmente, inyectar recursos para algunos productores que cosechan el alimento en condiciones que ameritan una rápida salida, a fin de evitar pérdidas.
Falta de insumos
Para el productor Alberto González, a la extensa sequía se ha unido la escasez de fertilizantes, herbicidas, insecticidas y otros insumos que se requieren para mantener la paja en buen estado y que pueda ser consumida de manera segura por el ganado.
Indicó que cultivar el pasto y empacarlo “ya no es rentable, porque hasta hace poco una paca para alimentar a una vaca o toro tenía un costo inferior (regulado) a Bs 20. Ahora, para mantener ese alimento se requiere de una gran inversión”.
Cada bloque de heno o de paja bermuda gigante, que son las más usadas para alimentar al ganado, se vende en el mercado venezolano en Bs 70 u 80, según varios portales en Internet que ofrecen esta mercancía.