Se intensifique o no la censura en cada vez más medios o en la totalidad de ellos, tendrá que ver en adelante con el desenlace que pueda tener el tan nombrado pero irónicamente inescrutable caso Carvajal en la sociedad venezolana.
A pesar de las amenazas del presidente de la AN, Diosdado Cabello y del propio mayor general y exjefe de inteligencia del gobierno contra medios y periodistas por el tratamiento informativo de su captura, no cabe duda que el venezolano común entrampado en la inflación, la devaluación, la escasez, la inseguridad, la pobreza avasallante, sin posibilidad de comprar un boleto aéreo o hacer vida en otro país, quedó prendado en la curiosidad y ávido por conocer los detalles que involucran al hombre de confianza y conocedor de los mayores secretos del presidente Chávez con las supuestas implicaciones con el narcotráfico y el terrorismo que sobre su persona hace el propio Departamento de Estado norteamericano a través de la DEA, así como la forma como negociaron los jerarcas del gobierno de Maduro la salida intempestiva de un cónsul de Aruba, que a pesar del aura intocable de riqueza y poder que lo acompañan, fue declarado indeseable y persona no grata por el gobierno holandés en menos de 48 horas.
En el desfile aeronaval realizado en Maracaibo el pasado 24 de julio, el presidente Maduro catalogó la detención de Carvajal como una vil emboscada, lo que bastó para declarar y activar de inmediato toda la “fuerza del Estado en función de un solo hombre, convertido en cuestión de horas en asunto de integridad nacional, soberanía y patriotismo, pero sin desmentir en ninguna ocasión las 6 investigaciones criminales que por narcotráfico es perseguido por EEUU y que lo vinculan a Walid Makled, caído en desgracia después de manejar tanto dinero rojo.
El movimiento telúrico revolucionario incluyó el anuncio inclusive de la compra de fragatas y material militar para dotar a la Armada venezolana, lo que como exceso de información terminó siendo visto más como una amenaza a unas islas turísticas que carecen de fuerza militar que como un negocio convencional de la “boliburguesía” militar.
Para Cabello, voz de mando y autoridad indudable en el III Congreso del PSUV, Carvajal es un perseguido del imperio norteamericano por su actuación implacable contra el narcotráfico y las secuelas de odio que aún mantiene la DEA contra la figura detrás de los hilos de poder y de los dineros del Estado, tal como quedó en evidencia ese fin de semana aún reciente, cuando fueron suspendidas negociaciones de PDVSA con entes internacionales, quedó relegado a segundo plano cualquier tema en materia económica referente a la devaluación o el aumento de la gasolina y terminaron siendo censurados y expulsados tan solo por tocar la escabrosa “papa caliente”, una docena de articulistas de un recién vendido diario capitalino cuyos propietarios sigue siendo un misterio.
Según el Tomo uno del “Directorio de Violadores de los Derechos Humanos en Venezuela” de Joaquín F. Chaffardet, en su paso como director del DIM, Carvajal fue el responsable de espiar y obtener información sobre las actividades de los opositores y de poner al aire las conversaciones telefónicas en medios del Estado de empresarios, universitarios y dirigentes opositores que terminaron expuestos al escarnio público.
La activista Patricia Andrade de la organización Venezuela Awareness Foundation indicó que uno de los presos políticos torturados por Carvajal fue el teniente José Humberto Quintero Aguilar, arrestado el 12 de enero de 2005, al ser acusado de “traición a la patria” luego de la detención en Venezuela y posterior envío a Colombia del canciller de las FARC, Rodrigo Granda, debido a las molestias que causó este incidente en el presidente Hugo Chávez.
Los documentos de Venezuela Awareness Foundation demuestran que a los presos políticos que ingresaban en la DGIM les quitaban el reloj que portaban, les cambiaban los horarios de suministro de comida, todo para “vulnerar a los detenidos y forjar sus testimonios”. Otro de los abusos físicos aprobados por el general acusado por su cooperación con las FARC se registró en agosto de 2006 tras la fuga del líder sindical Carlos Ortega junto a otros detenidos, todos presos en la cárcel militar de Ramo Verde.
Hay quienes entre tantas acusaciones han arrojado la hipótesis de que el general pudo haber sido delatado hasta por entes internos de poder en la revolución. La directora general de la ONG Control Ciudadano, Rocío San Miguel, enfatizó a través de su cuenta en Twitter que “En el caso Carvajal está claro: Las emboscadas ocurren cuando hay delaciones…” La idea se cierra en otro tuit: “también cuando están seguros del apoyo y poder que tienen en el gobierno, se creen infalibles”
El general Henry Rangel Silva, incluido junto a Carvajal y el capitán Rodríguez Chacín en la famosa lista Clinton del 2008, dijo luego de la liberación de Carvajal, que en esa detención estuvo una mano peluda en la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol, por sus siglas en inglés) que activó la orden de captura internacional. El actual gobernador de Trujillo calificó estas acciones como políticas y denunció que habían sido elaboradas con pruebas forjadas, aunque serán pocos los señalados por el gobierno norteamericano que luego de este incidente intenten salir al exterior sin inmunidad diplomática.
“No hay acusación de ninguna fiscalía del mundo para ir a un juicio”, fue la idea con la que cerró el general Rangel Silva.
Lo cierto es que fuera de todo este despliegue de fuerza demostrado en pleno Congreso Ideológico, lo que quedó en evidencia es la vulnerabilidad de los hombres fuertes de la revolución allende las fronteras, lo que no quiere decir que no exista pragmatismo del burdo en países como Holanda dispuestos a hincarle el diente a unos buenos dólares rápidos más comisión.
Holanda acepta como ciertas las acusaciones de la DEA, pero pone en libertad a Carvajal por una circunstancia distinta a la acusación, en la que Carvajal era legalmente cónsul y gozaba de inmunidad diplomática, pero no para ocupar el cargo como cónsul en Aruba, donde es declarado persona no grata una vez que es dejado en libertad.
Holanda, a través de la empresa Damen Shipyards, un conglomerado de 35 empresas con presencia mundial controlado por la familia Damen, obtuvo solamente en el primer semestre del 2014, contratos por un total de 469 millones de dólares para la construcción de 38 embarcaciones para la Armada y Pdvsa. Los contratos no se llevaron a cabo por licitación internacional abierta, sino que por el contrario hubo adjudicación directa a favor de la empresa holandesa que desplazó a la española Navantia, como proveedora consentida de La Armada venezolana.
@damasojimenez