Los fabricantes de vehículos motorizados en Venezuela deberán pagar a partir de este lunes un 43 por ciento más por la importación de partes y repuestos, después de que el Gobierno anunció que se les aplicará una tarifa de cambio de 11 bolívares por dólar en lugar de la anterior tasa de 6,3 bolívares.
La decisión, publicada en la Gaceta Oficial, eleva aún más el costo de los vehículos y repuestos, pero mejoraría la disponibilidad de divisas que requiere el sector en medio de una crisis sin precedentes, reseña Reuters.
Aunque el Gobierno de Nicolás Maduro alega que no tiene problemas de liquidez, la producción de carros en el país petrolero cayó en los primeros siete meses del año en un 84 por ciento, mientras las ventas en el mismo período se derrumbaron un 87 por ciento interanual.
Como parte del control cambiario que rige en Venezuela hace más de una década, en el país conviven tres cotizaciones oficiales para la importación de bienes: 6,3; 11 y 50 bolívares por dólar.
Analistas aseguran que el tipo de cambio más bajo no le es rentable a la administración de Maduro por lo que iría migrando industrias a las cotizaciones más elevadas, en lo que muchos han llamado una devaluación encubierta.
Fiat-Chrysler, Ford, General Motors, Toyota, Iveco, de la italiana CNH Industrial, Mack, de la sueca Volvo, y la japonesa Mitsubishi tienen plantas en Venezuela que están trabajando al mínimo por los retrasos en la asignación de divisas.