Pero paradójicamente el régimen chavista ha demostrado ampliamente que le tiene miedo a las palabras, no soporta la confrontación ideológica, le huye al enfrentamiento claro y directo de las palabras.
Afortunadamente, resultado de la sacrificada lucha contra un gobierno intolerante de las ideas contrarias al pensamiento único oficial, todavía la sociedad civil venezolana conserva algunos importantes reductos de libertad de palabra.
La fobia a las palabras largas se llama: hipopotomonstrosesquipedaliofobia; lo cual también es paradójico, utilizar una palabra tan complicada de escribir y pronunciar para definir la fobia a las palabras largas. También la fobia a las palabras largas se puede definir con otra de origen griego, un poco más sencilla: sesquipedaliofobia.
Un régimen como el que padecemos en Venezuela, que le tiene temor a que sus adversarios expongan libremente sus opiniones políticas, no ha hecho otra cosa que reprimir de múltiples maneras, unas más brutales que otras, la libertad de expresión, escrita y oral, del pensamiento de los venezolanos.
La persecución a periodistas, a empresarios editoriales y de otros medios de comunicación social,algunos de ellos lanzados al exilio forzados a vender sus empresas o plegarse a la posición oficialista; y las amenazas y juicios a editores y articulistas de medios opositores, ha sido generalizada. El cierre de RCTV es emblemático de la fobia del régimen por las palabras y la libertad.
El lamentable fracaso del “Diálogo” con sectores de la oposición, es otra clara muestra de la fobia del régimen por las palabras; igualmente la Ley Resorte. La prácticamente clausura de la institución de las palabras: el Parlamento Nacional, es otra muestra de la fobia del régimen por las palabras. La negativa a asignar divisas para comprar papel obligó a varios periódicos de la provincia a cerrar; las librerías están desactualizadas por la dificultad de obtener divisas para importar libros; la asfixia económica de centros de estudios e investigación y universidades; el cierre de cerca de 40 emisoras de radio; el uso abusivo del canal de TV del Estado, en donde está vetada la presencia de opositores al régimen; las amenazas de controlar internet y a las operadoras de tv por cable; las denuncias de intervención de comunicaciones privadas y el castrado debate del Congreso Ideológico del PSUV constituyen las últimas muestras de la fobia del régimen por las palabras.
De tal manera que se puede afirmar sin temor a equivocarse que el régimen sólo tolera las palabras cuando esas palabras, preferiblemente largas, son complacientes y adulantes; de lo contrario, les tiene fobia.
Finalmente, Leopoldo López está preso por su discurso. El régimen le tiene pánico a la protesta de Leopoldo, y por eso lo tienen incomunicado en la cárcel militar de Ramo Verde.
@CastilloHernan