Seis meses después de la trágica muerte de Philip Seymour Hoffman, Hollywood vuelve a llorar la muerte de uno de sus actores más queridos, el popular y oscarizado Robin Williams, fallecido a los 63 años por causas que apuntan a un suicidio.
Williams, conocido por sus papeles en “Mrs. Doubtfire” o “La sociedad de los poetas muertos”, luchó en los últimos tiempos contra una fuerte depresión, que sin embargo no le impidió seguir cumpliendo con sus compromisos laborales.
Su esposa, Susan Schneider, fue la última en verle vivo la noche del domingo. La policía de Tiburón, una localidad situada cerca de San Francisco (California, oeste de Estados Unidos) en donde Williams tenía su residencia, declaró la muerte del actor a las 12H02 (19H02 GMT) del lunes.
Las autoridades, que sospechan que el artista se quitó la vida por medio de la asfixia, anunciaron que la autopsia se realizará el martes.
“Nuestro deseo es que la atención no esté puesta en la muerte de Robin, sino en los incontables momentos de alegría y risas que regaló a millones de personas”, pidió la viuda del actor, quien aseguró tener “el corazón totalmente roto”.
La prensa estadounidense aseguró que Williams entró hace tan solo unas semanas en un centro de desintoxicación para superar sus adicciones, un problema que nunca ocultó y del que habló públicamente.
“La cocaína es la manera que tiene Dios de hacerte comprender que ganas demasiado dinero”, llegó a afirmar en una ocasión.
En 2006 comenzó voluntariamente un tratamiento tras recaer en el alcohol después de 20 años sobrio.
El presidente estadounidense Barack Obama fue una de las cientos de personalidades que reaccionaron a la muerte del actor, de quien dijo fue “un hombre especial”.
“Nos hizo reír, nos hizo llorar. Dio su inmenso talento de forma gratuita y generosa a quienes más lo necesitaban”, afirmó el mandatario.
– Planes de futuro –
Williams se une a la larga lista de actores de Hollywood que fallecen prematuramente, como Seymour Hoffman el 2 de febrero de este año, Heath Ledger, Britanny Murphy, Corey Monteith, Whitney Houston, John Belushi o la mismísima Marilyn Monroe.
El humorista y presentador de televisión estadounidense Jimmy Kimmel escribió un tuit muy significativo tras conocer la noticia: “Robin fue un hombre tan dulce como divertido. Si estás triste, por favor díselo a alguien”.
El director de cine Steven Spielberg habló de Williams como “un compañero”. y afirmó que “era una tormenta de luz de genialidad humorística y nuestra risa era el trueno que lo sostenía”.
El actor, que tenía un don natural para hacer reír, había terminado los rodajes de “Merry Friggin’ Christmas” y “Night at the Museum: Secret of the Tomb”, que se estrenarán este año, y “Absolutely Anything”, que llegará a los cines en 2015.
Además, ya había acordado filmar en el próximo año la segunda parte de “Mrs. Doubtfire”, un personaje que robó los corazones de pequeños y grandes al ponerse en la piel de una niñera para permanecer más cerca de sus hijos tras divorciarse de su esposa.
Pero mientras forjaba una talentosa carrera a lo largo de casi 40 años, también intentó dejar atrás una severa depresión, al tiempo que afrontó insistentes rumores sobre una supuesta bipolaridad.
– Premios y más premios –
Williams ganó en 1998 su único Óscar a Mejor actor de reparto por “En busca del destino”, un galardón que recompensó una larga trayectoria de memorables actuaciones, cuatro Globos de Oro y otras tres candidaturas a la estatuilla dorada.
El actor exploró todos los registros de las emociones con un delicado equilibrio entre las risas y las lágrimas gracias a películas como “La sociedad de los poetas muertos” (1989), “Pescador de ilusiones” (1991) o “Retratos de una obsesión” (2002).
Su papel como militar en “Buenos días, Vietnam” (1987) también quedará en los anales del cine, al igual que su éxito televisivo “Mork & Mindy” (1978).
Williams, que nació en Chicago (norte), estaba casado con Schneider desde 2011 y tenía tres hijos, fruto de otros dos matrimonios.
AFP