Un japonés de 24 años sospechoso de haber tenido diez niños con madres subrogadas en Tailandia es el hijo mayor de un magnate nipón de las telecomunicaciones, según la prensa.
Las sospechas contra el joven han hecho caer además en la bolsa de Tokio la acción de la empresa fundada y presidida por su padre, Hikari Tsushin. El título de la compañía, que gestiona una red de venta de teléfonos celulares en Japón, ha perdido más de un 11% de su valor desde el 7 de agosto.
El joven ha sido identificado por la prensa nipona como Mitsutoki Shigeta. Su progenitor, Yasumitsu Shigeta, de 49 años, llegó a ser el quinto hombre más rico del mundo, con un patrimonio valorado en 25.000 millones de dólares. Hoy día es el undécimo japonés más acaudalado, según la revista de referencia Forbes.
Mitsutoki posee también acciones en la empresa familiar, por un valor de 4.800 millones de yenes (34 millones de euros) y podría incluso asumir un día la dirección, según la revista nipona Shukan Post.
Mitsutoki Shigeta es el protagonista de un gran escándalo en Japón, desde que a comienzos de agosto se descubrió en un apartamento de Bangkok a nueve bebés nacidos presuntamente de madres subrogadas.
Los nueve bebés vivían en el mismo edificio, con nueve mujeres. Una décima mujer, embarazada, dijo que era un vientre de alquiler.
Los menores tendrían entre cuatro semanas de vida y dos años, según el centro de acogida donde se encuentran ahora.
Desde Tailandia, la policía anunció que estaba examinando este martes una muestra de ADN de un rico heredero japonés, en el marco de la investigación sobre esta presunta “fábrica de bebés”, un negocio muy lucrativo.
El lunes, su abogado en Tailandia, Kong Suriyamontol, dijo haber entregado la muestra, “extraída en Japón con las autoridades competentes”.
Hasta ahora, muchas parejas de extranjeros han estado viajando a Tailandia para recurrir a clínicas de fecundación in vitro y vientres de alquiler, aunque las autoridades insisten en que la subrogación a cambio de dinero no está autorizada.
Actualmente se está preparando una ley que castiga con 10 años de cárcel el recurso comercial a esta técnica de procreación.
AFP