Las fuerzas de seguridad del Reino Unido creen que el verdugo del periodista estadounidense James Foley se hace llamar John y habla con acento de Londres, revela hoy la versión digital del diario “The Guardian”.
La inteligencia del Reino Unido trata desde ayer de identificar al encapuchado que decapitó al reportero, una ejecución divulgada en vídeo por la organización yihadista Estado Islámico (EI), y trabaja con la hipótesis de que se trata de un británico que viajó a Siria para unirse a los extremistas.
Este hombre sería el líder de un grupo de yihadistas británicos que ha secuestrado a varios extranjeros en la ciudad siria de Raqqa, bastión de los combatientes del Estado Islámico.
Fuentes del Gobierno del Reino Unido citadas por el “The Guardian” afirman que entre 400 y 500 ciudadanos británicos están en Siria o Irak vinculados a la lucha armada.
Los servicios secretos británicos han detectado, además, a unas 250 personas que habrían vuelto al Reino Unido tras haber estado integradas en el Estado Islámico.
El primer ministro británico, David Cameron, explicó ayer que el Reino Unido retira el pasaporte a las personas sospechosas de tener intención de viajar para unirse a grupos extremistas, una medida que se ha aplicado en veintitrés ocasiones este año.
La exsecretaria de Estado conservadora para la Seguridad y el Contraterrorismo Pauline Neville-Jones declaró hoy a la cadena BBC Radio 4 que se necesitan campañas contra el extremismo en las redes sociales.
“Hay que comunicarse con esos jóvenes que están tentados de marcharse utilizando un lenguaje al que vayan a responder”, opinó la responsable de la lucha contra el terrorismo en el gabinete de Cameron hasta 2011.
Para Neville-Jones, “tenemos que utilizar los medios sociales para contrarrestar sus mensajes. Esto es algo que el Gobierno no puede hacer directamente, pero puede dotar de fondos a aquellos que pueden. Es totalmente necesario”.
La antigua responsable de Seguridad señaló que el Reino Unido debe colaborar estrechamente con Turquía para evitar que ciudadanos británicos viajen a las zonas en conflicto a través de ese país.
Es necesario “cortar el flujo de personas e impedir que crucen la frontera. Eso se ha convertido en una tarea urgente y estoy segura de que ya se están haciendo esfuerzos en esa dirección”, dijo.
Cameron reiteró ayer que el Reino Unido no prevé enviar tropas sobre el terreno al norte de Irak ante el avance de los yihadistas, si bien subrayó que es necesario asegurarse de que los kurdos “reciben las armas que precisan” para enfrentarse al EI.
Londres anunció hoy el envío de nuevas partidas de ayuda humanitaria a los refugiados al norte de Irak que huyen de la ofensiva de los extremistas, mientras Cameron retomó sus vacaciones en la región inglesa de Cornualles. EFE
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