Hace tres años le dijeron a Magdalena Sánchez que era hipertensa. El especialista le recetó, de por vida, el Atacand y el Dilatren; el primero lo debe tomar todas las mañanas y el otro, por las noches. La abuela de 86 años cumplió su tratamiento a cabalidad hasta principios de este año, cuando se acentuó la escasez de medicamentos en el país. Desde entonces, toda su familia peregrina por las farmacias de la ciudad, sin éxito, en busca de los fármacos. laverdad.com / Yanreyli Piña Viloria
Por ahora toma los genéricos, pero sus nietos aseguran “que no es lo mismo”. Temen una recaída de la anciana ante la falta de las medicinas recetadas. Las enfermedades cardiovasculares representan la primera causa de muerte en el país; donde la hipertensión arterial (HTA) se posiciona como la de mayor prevalencia, al menos 34 de cada 100 venezolanos son hipertensos.
El mismo calvario vive Andrés López, un joven de 21 años que toma antihipertensivos desde que tenía 19. A él le recetaron Diovan, pastilla que debe ingerir todos los días a las 9.00 de la mañana. Tampoco la consigue, en sustitución toma Balzartán, pero no le cae muy bien. “Ni siquiera tiene el mismo efecto, parece que me estuviera comiendo un dandy. Siempre hacemos maromas para conseguir el producto original”.
Y es que las fallas en la distribución de medicamentos alcanza en el país un 60 por ciento, según la Federación Farmacéutica. Entre los medicamentos más susceptibles destacan los del sistema nervioso central, para la hipertensión arterial, terapias para la tiroides y medicinas para la glicemia, entre otros.
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