Cuatro presos murieron el domingo, dos de ellos decapitados, durante un motín en la cárcel de Cascavel en la ciudad brasileña de Paraná (sur), mientras que las autoridades retomarán el lunes las negociaciones con los rebelados.
“Seis presos fueron tomados de rehenes por otros prisioneros. Mataron a cuatro y han herido a dos. También hay dos agentes presos”, informó a la AFP Elson Faxina, asesor de comunicaciones de la Secretaria de Justicia de Paraná.
“La rebelión comenzó a las 7 am. Es una cárcel de régimen cerrado con 1.140 presos y con espacio total para 1.181. Las quejas son por infraestructura, ya que se trata de un recinto antiguo, y piden autorización para el ingreso de comida”, sostuvo.
“No obstante, hay una versión de que el motín responde a una pelea entre facciones de traficantes de droga de la región. El hecho de que tomaran a presos de rehenes puede reforzar esa tesis”, agregó Faxina.
“La negociación se interrumpió a las 20H00 y se retomará mañana. El agua y la luz del recinto están cortadas”, informó. El 60% de la cárcel está tomada, según información oficial, y la policía aún no ha podido ingresar a constatar el nivel de destrucción de las infraestructuras tras la rebelión.
Efectivos policiales custodiaban la cárcel para evitar que el motín se expanda.
– Dos decapitados-
“Un grupo de detenidos se rebeló durante el desayuno y tomaron de rehenes a dos agentes. Luego decapitaron a dos presos”, dijo más temprano Miguel Llanela, agente de la policía civil asignado a la Penitenciería Cascavel, a la AFP.
De acuerdo con el portal de noticias G1, los otros dos presos murieron tras ser lanzados desde los techos de los pabellones.
No se informó del número de presos que participan de la rebelión.
“Hay rehenes y la situación es difícil. La negociación es probable que se prolongue y esperamos que las cosas se resuelvan de modo verbal y sin usar la fuerza física”, dijo por su parte Jairo Ferreira Filho, abogado de los agentes penitenciarios, a la radio CBN Cascavel.
“La situación está complicada. Ya ha llegado un equipo negociador pero no se tiene un estimado del fin de esta situación”, agregó el oficial Llanela.
Unos 77 presos fueron trasladados a otra cárcel porque eran amenazados por los amotinados, según información de prensa.
De acuerdo con el sindicato de trabajadores penitenciarios de Paraná, debido a la falta de inversión en el sistema de cárceles no hay profesionales ni operacionales ni técnicos, tampoco mantenimiento de las unidades.
“Muchas veces los trabajadores tienen que invertir de su dinero para comprar algunos elementos necesarios para su trabajo”, dijo el sindicato en un comunicado.
“El preso reclama que la comida es mala, que no hay abogados para que su proceso ande, no hay materiales mínimos de higiene, pocos agentes penitenciarios. Todos esos factores juntos son una tragedia anunciada”, precisó.
En Brasil hay actualmente 548.000 presos y hacen falta 207.000 plazas suplementarias para evitar el hacinamiento, según la ONG de derechos humanos Conectas, que trabaja en el tema carcelario. AFP