Un análisis de ADN permite saber si una vaca da una leche más adaptada a ser bebida o a ser transformada en queso, según investigaciones de una bióloga sueca presentadas el martes por la universidad de Lund.
Este descubrimiento es obra de Frida Gustavsson, que publicó en mayo una tesis titulada “exploración de las propiedades de la coagulación en la leche bovina con la ayuda de enfoques genómicos”.
“Mis resultados demuestran que hay genes que controlan las propriedades de coagulación y que estos varían según las razas y según los individuos dentro de la misma raza”, explicó la universidad en un comunicado.
Antes de este descubrimiento, había que esperar a que una vaca produjera leche, y por lo tanto que tuviera a un ternero, para saber para qué consumo estaba más adaptada su leche.
Cuando más rápidamente coagule la leche, menos tiempo se puede conservar para ser bebida y más se adapta a la elaboración de queso. Y a la inversa, cuanto menos coagule, más adaptada para ser bebida.
“Una muestra de sangre y una comparación con el ADN más favorable a la producción de queso podría dar a un ganadero la posibilidad de tener vacas que garanticen una leche de alta calidad para hacer queso en unos años”, subrayó la universidad de Lund.
“Esto simplifica la logística. Un mejor conocimiento de los genes de las vacas podría ser una ventaja para la rentabilidad de los ganaderos y los niveles de producción de productos lácteos, así como para reducir la huella ecológica porque el proceso de fabricación de queso ya no era eficaz”, añadió.
Las investigaciones de la bióloga se han llevado a cabo en una raza de vacas clasificada lechera, la sueca roja, en la que el 18% de las vacas producen una leche inadaptada para el queso, es decir que no había coagulado después de 40 minutos.
AFP