La 66a ceremonia de los premios Emmy rindió un conmovedor tributo el lunes al fallecido Robin Williams, en una gala donde su amigo Billy Crystal lo calificó como “la estrella más brillante de la galaxia de la comedia”.
“Él nos hacía reir, en la televisión, en el cine, en el teatro, en los hospitales…, éramos tan amigos”, dijo un emocionado Billy Cristal, que hizo un claro esfuerzo por contener las lágrimas.
“Era tan genial en el escenario, era el mejor amigo con que uno puede soñar (…) Era protector, alentador”, agregó, señalando lo difícil que era hablar de él “en pasado, porque sigue estando tan presente”.
“Era la estrella más brillante de la galaxia de la comedia y su bella luz seguirá brillando en nosotros para siempre”, continuó Crystal, que coprotagonizó con él “Father’s Day” en 1997, antes de concluir: “Robin Williams, todo un concepto”.
También presentaron juntos en varias oportunidades “Comic Relief”, un teletón de caridad.
Previamente, el presentador Jimmy Kimmel había tomado el metro para llegar a la ceremonia usando los tirantes de Robin Williams en su papel de Mork, que lo dio a conocer al gran público, al principio en “Happy Days” y luego en la serie “Mork y Mindy”.
Tras una carrera de cuatro décadas, un Óscar y dos premios Emmy, el actor murió en su casa cerca de San Francisco el 11 de agosto aparentemente suicidándose. Sufría de una grave depresión y de un principio de Parkinson, dijo posteriormente su esposa, Susan Schneider.
La gala dedicó unos minutos a rendir tributo a los fallecidos de la industria del cine en el último año. Mientras una secuencia de imágenes recordaba a Paul Walker, Philip Seymour Hoffman, Peter O’Toole, Lauren Bacall, Joan Fontaine y Maya Angelou, la cantante Sarah Bareilles interpretaba una lenta y melancólica versión de “Smile”, de Nat King Cole. AFP