La burocracia nos abruma, nos destruye, nos anarquiza. En estos días de la semana pasada se “juramentaron más de cien, precisamente ciento siete nuevos viceministros que se agregan a la plantilla de más de doscientos
que ya existían. Un viceministro es una persona que tiene unas funciones muy precisas, v.g.: Viceministro de Agenda y Asesoría Presidencial… Viceministro de la Suprema Felicidad Social del Pueblo, Viceministro de Seguimiento e Inspección de la Gestión de Gobierno…y así ad-infinitum. No escogimos a nadie, solo nombramos los tres primeros de la inmensa lista.
Si no tenemos malicia debemos suponer y concluir que este subterfugio es muy apropiado para aumentar la burocracia y enchufar a familiares y amigos…pero si pensamos en profundidad, tenemos que analizar la posibilidad de que estos puestos sean sitios de peaje y corrupción.
Un país o una piñata, como en la que se ha transformado Venezuela, no puede soportar que existan más de trecientos viceministros y cada uno de ellos debe tener una oficina bien decorada, un o una secretaria, un mensajero, un chofer, un automóvil, un celular pagado por nosotros y pare de contar. Pensamos que ellos son parte importantísima del coro que en cada oportunidad le da volumen a las consignas que le convengan al régimen que nos destruye.
Revisamos una lista de los burócratas de Venezuela que “colaboran” directamente con el Presidente de la República. Un Vicepresidente Ejecutivo del Consejo de Ministros y cuatro Viceministros que cada uno se ocupa del Área Social, del Área Económica, del Área de Gestión y Desarrollo Territorial y un cuarto que se ocupa del Área Política. Además, tenemos un Secretario Permanente del Consejo de Ministros que aparentemente tiene el mismo rango. A continuación encontramos treinta ministros del Poder Popular y un Ministro de Estado…para la transformación revolucionaria de la Gran Caracas.
Nos surge una pregunta: ¿Si hay treinta y un ministros y seis personas con rango de Vicepresidentes, que hacen más de trescientos viceministros? En nuestro ordenamiento mental, las personas que tienen un cargo que empieza por la palabra “vice” tienen como primera función la de llenar la vacante transitoria de su superior. Parece que en los pensamientos del siglo XXI esta definición es multitudinaria. Pero nuestro análisis nos conduce a otra etapa mucho más vil.
Si existen más de trescientos viceministros, se ha hecho costumbre hablar de “viceministerios”…y nos surge una segunda pregunta: ¿Qué carrizo es un viceministerio? De entrada, no conocemos que se haya producido un documento que les otorgue personalidad jurídica a esos extraños entes. Y si se produjera…nos preguntamos inmediatamente: ¿Si los viceministerios tienen funciones…para qué sirven los ministerios?
Para finalizar estas reflexiones queremos preguntarnos: ¿Cuánto tiempo y que probabilidad tiene un ciudadano de acertar en la escogencia del funcionario al que debe dirigirse para tratar de resolver cada una de sus inquietudes…como lo hace y sobretodo, ¿dónde queda la oficina de ese mágico funcionario?
Estamos entrampados en una red de burocracia, de alcabalas, de puntos de control y de corrupción.
Desmontar todo este aparataje burocrático tomará mucho tiempo. La calidad y la eficiencia son características que han desaparecido en Venezuela.
@rafael862