Fundaciones que por años han invertido su tiempo de manera desinteresada, altruista y sin ánimos de lucro en la ayuda social, hoy están contra la pared, pese a que no cuentan con los medios para garantizar servicios integrales, consultas especializadas, medicamentos de alto costo y exámenes de exploración complementaria, a la comunidad, publica El Impulso.
La crisis económica que atraviesa el país ha golpeado duramente a organizaciones que se convirtieron en la esperanza de muchas personas, sobre todo las de escasos recursos que acuden a Fundamama, la Fundación Badan Lara, La Sociedad Anticancerosa, el Instituto Municipal de Desarrollo Social (Imdes) y la Fundación para el Apoyo a Programas de Suministro de Medicamentos del estado Lara (Fundapromed), con la intención de recibir la asistencia digna que en las puertas de los centros hospitalarios del sistema público se ven obligados a mendigar.
El doctor Jorge Uribe, presidente de Fundamama, señala que las ganas de ayudar al prójimo no cesan, pero la ausencia de fármacos e instrumentos de trabajo imposibilitan el desarrollo de las labores, por eso ante las dificultades reinventan nuevas estrategias que les permitirán acompañar en la lucha a las mujeres diagnosticadas con cáncer de seno.
Como oncólogo y experto en el área de mastología le preocupa que en estos momentos los productos para las quimioterapias estén desaparecidos del mercado, situación que conlleva a los profesionales a cambiar los esquemas por unos de menor eficiencia, precisamente por la falta de opciones.
“En los congresos se establecen pautas, combinaciones para tratar la enfermedad y si llega a faltar algún componente disminuyen las posibilidades de curación” sostuvo con pesar el galeno, que está en contra de las sustituciones, sin embargo la misma ausencia los encamina al ingenio para que las mujeres continúen con la medicación. Es preferible suministrar algo que nada, sentenció el galeno.
Expuso dos problemas más que alarman al gremio actualmente. La calidad de los medicamentos es uno de ellos, lo cual representa una gran amenaza, porque el tiempo de respuesta es menor. Esto significa que el tumor mamario tarda más de lo previsto en desaparecer, a esto se le suman los efectos secundarios o “indeseables” como vómitos, diarreas, disminución de los glóbulos blancos debido a los altos niveles tóxicos que ponen en riesgo la vida.