El llamado “sacudón” debió llamarse la “repartición”. Aunque a todo el mundo le tocó lo suyo, hubo quien no quedó muy contento con su pedazo de la torta y frente a los anuncios se quedaron tiesos y con la sonrisa congelada. Aun así agradecieron por la nueva oportunidad dada, ellos muy adentro dirán “cambur es cambur”. Sin duda el sacudón más fuerte se sintió en la silla del exministro de Energía y Minas y expresidente de PDVSA, Rafael Ramírez, al escuchar que su reinado de diez años al frente de la estatal petrolera había terminado. El otrora hombre fuerte de la principal industria del país se puso “rojo rojito” y no precisamente en honor a aquel lema que lo catapultó a perpetuarse como ministro, sino por la decisión que sonaba desde hace meses: Estaba fuera de PDVSA.
Ramírez el mismo que ganó la batalla en la era Chávez como el cargo más estable del gabinete, la perdió frente a otro Chávez: Asdrúbal. El primo del fallecido presidente controlará ahora la gallina de huevos de oros y promete iniciar su gestión haciendo la respectiva limpieza en los altos mandos de la industria, controlados por el nuevo canciller. Además, con su salida de PDVSA también queda fuera de las decisiones del área económica, donde era Vicepresidente del Consejo de Ministros. Como dice el refrán popular “dos pájaros de un solo tiro”.
Pero siendo un hueso duro de roer, Ramírez tuvo que haber negociado su repliegue y en este proceso hubo otro perdedor, alguien que por retruque le tocó “sacrificarse” por la revolución. Hablamos de Elías Jaua, quien se desempeñaba como Ministro de Relaciones Exteriores, cargo al que por cierto también llegó por retruque. Las circunstancias lo ameritaban para que Nicolás Maduro asumiera la presidencia de la república en la etapa de convalecencia del presidente Chávez. Por allí pasó sin pena ni gloria y frente a esa situación fue el botón de emergencia que utilizó al madurismo para dejar libre el premio de consolación de Rafael Ramírez. Seguramente al momento de venderle los “beneficios” de asumir la cancillería y dejar PDVSA, el argumento más fuerte fue: “Ahora tendrás pasaporte diplomático”.
A Jaua no obstante no lo dejaron en el aire, como siempre acostumbra el gobierno, ellos no botan a nadie al menos que se vuelva insubordinado, así que había que buscarle un carguito a Elías. Buscaron y buscaron pero no encontraban nada, era preciso ir a la solución mágica: crearlo. Es como el juego de la silla, donde usted va dando la vuelta y cuando se detiene la música queda en otra, solo que aquí nadie queda fuera, porque si falta silla meten más. Así nace la Vicepresidencia del Socialismo Territorial, que en resumen se encargará de destruir las ya debilitadas alcaldías y gobernaciones. Debe ser un trabajo divertido para alguien que perdió una elección a gobernador.
Pero si hablamos de ganadores, las fichas que ni tocaron, sino que reforzaron fueron las de Diosdado Cabello. Los militares controlan áreas productivas y financiera del país, al control de las importaciones y las divisas por parte de José David Cabello se le suma la entrada al gabinete de Rodolfo Marco Torres al frente de Economía y Finanzas y del BCV. El General de Brigada egresó de la Academia Militar en 1988, un año después que Diosdado, inició su carrera en la administración pública en 2001 cuando fue designado por el propio Cabello como coordinador de residencias presidenciales. Al año siguiente formó parte del Ministerio de la Secretaria de la Presidencia, también junto al hoy presidente de la Asamblea Nacional. Saquen ustedes son conclusiones.
Brian Fincheltub
@Brianfincheltub