El avance del Estado Islámico (EI) en Irak no solo ha alarmado a Irán, sino que le está obligando a reconsiderar su estrategia en defensa de su vecino y aliado. Según el servicio en persa de la BBC, el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, ha respaldado la cooperación militar con Estados Unidos para hacer frente a esa amenaza. De confirmarse, la decisión supondría un importante giro en la política exterior de la República Islámica, uno de cuyos pilares desde la revolución de 1979 ha sido la enemistad institucional con Washington. Pero Teherán se distanciaba anoche de ese anuncio.
“Jamenei ha autorizado a su máximo jefe militar para coordinar operaciones con fuerzas estadounidenses, iraquíes y kurdas”, afirma la cadena británica citando fuentes no identificadas en Teherán. Se refieren al general Qasem Soleimani, comandante de la Fuerza Quds, la unidad de élite de los Guardianes de la Revolución (también conocidos como Pasdarán), y considerado el responsable del dosier iraquí. De acuerdo con ese medio, las primeras reuniones cuatripartitas se habrían celebrado en la región autónoma de Kurdistán.
En la práctica, el trabajo conjunto ya es una realidad desde hace al menos una semana. La operación para romper el bloqueo a Amerli, una localidad de la provincia de Saladino que pasó 75 días sitiada por el EI, aunó bombardeos aéreos de EE UU y el asesoramiento directo de militares iraníes. Los periodistas que dos días después tuvieron acceso a la ciudad vieron a oficiales de esa nacionalidad no solo con las milicias chiíes que apoyan al Ejército iraquí, sino también con las fuerzas kurdas (peshmergas) que respaldaron la incursión.
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