Ashya King, el niño británico de cinco años con un tumor cerebral, cuya odisea mantuvo en vilo al Reino Unido, llegó este lunes a Praga, desde el hospital español donde estaba ingresado, para recibir un tratamiento médico especial como querían sus padres.
“Puedo confirmar que Ashya King acaba de llegar a Praga”, declaró a la AFP la portavoz del Proton Therapy Center (PTC), Jana Kulhankova.
El Hospital Materno Infantil de Málaga, en el sur de España, donde Ashya había sido ingresado el 30 de agosto, había indicado previamente que el niño había salido “en un avión medicalizado hacia el Hospital de Praga, con todas las garantías en cuanto a los cuidados que requiere”.
Tras su paso por el hospital Motol de la capital checa, King será ingresado esta semana en el PTC de Praga para una terapia con protones.
El jefe del departamento de hematología y oncología infantil de este hospital, Jan Stary, afirmó que, tras un examen en el PTC a realizarse el martes, la terapia con protones podría iniciarse la semana próxima.
“Si el tumor no es metastásico, si ha sido eliminado y si no surge ningún problema tras la realización de los exámenes, las posibilidades de curación son de alrededor de 70%, tras la irradiación”, afirmó Stary.
La policía española había detenido el 30 de agosto a los padres de Ashya, Brett y Neghemeh King, de 51 y 45 años, a petición de Londres por haberlo sacado sin autorización de un centro médico británico por desacuerdo con los doctores.
Los King consideran que la radioterapia convencional prevista por el hospital de Southampton, en el sur de Inglaterra, era demasiado agresiva para un niño de su edad, y luchaban desde hace días por darle un tratamiento especial, a base de protones.
Los médicos checos que han de tratar al niño temen no obstante que sus padres, por ser Testigos de Jehová, se opongan a una transfusión de sangre que pudiera ser necesaria.
“La situación no es la habitual”, dijo el doctor Miloslav Ludvik, director del hospital Praga-Motol. “No podemos descartar el uso de derivados sanguíneos durante el tratamiento”, añadió.
El pequeño, operado recientemente de un cáncer de cerebro, había emprendido hace más de diez días un periplo en automóvil con sus padres y sus seis hermanos desde Inglaterra a Francia y después a España, con la policía pisándoles los talones por creer que se trataba de un secuestro.
Pero el rechazo inicial se convirtió después en simpatía generalizada hacia Brett y Neghemeh King, que tras ser acusados de “crueldad” fueron presentados como unos padres desesperados por salvar a su hijo.
La policía británica, que hizo emitir a Interpol una orden de búsqueda por 190 países, acabó pidiendo disculpas. Incluso el primer ministro David Cameron mostró su simpatía.
El viernes un tribunal de Londres había autorizado el traslado del niño, después que la semana anterior la justicia británica lo pusiera bajo su tutela.
– Dudas sobre la terapia –
La terapia de protones consiste en destruir las células cancerosas irradiándolas con un haz de partículas.
En la República Checa cuesta unos 65.000 euros (84.000 dólares), mucho menos que en Estados Unidos (unos 139.000 dólares), según el Proton Therapy Center.
Los King habían explicado la semana pasada que viajaron a Málaga con la intención de vender una casa que tienen ahí, para poder financiar el tratamiento con ese dinero.
A diferencia de la radioterapia convencional que irradia tejidos cancerosos y sanos, el haz de protones se focaliza en las lesiones.
El jefe del departamento de pediatría de Southampton, Peter Wilson, emitió sus dudas sobre la eficacia de la radioterapia de protones en el caso concreto de Ashya, en un artículo publicado el sábado por el diario británico The Guardian.
“En el caso de este tumor particular, el haz de protones no se consideró útil porque se debe irradiar de todos modos una zona mayor del cerebro y de la columna vertebral”, afirmó.