“Hegemonia comunicacional ¿revolucionaria?”: ¡Anti trabajador y reaccionaria! por @damianprat

“Hegemonia comunicacional ¿revolucionaria?”: ¡Anti trabajador y reaccionaria! por @damianprat

thumbnaildamianpratEl plan de controlar por el gobierno la mayor cantidad de medios de comunicación fue definido por el entonces ministro de información, Andrés Izarra como “Hegemonía Comunicacional Revolucionaria”  por allá por 2007 y como parte de la “justificación ideológica”  de cerrar RCTV, el canal de TV de mayor arraigo popular.  Cierto que clausurar RCTV tuvo un altísimo costo político para el gobierno porque una parte importante de su base popular votante jamás comprendió esa arbitrariedad.  La “revolución” les quitaba algo suyo en lugar de “dar”.   A la luz de todo lo ocurrido posteriormente, es evidente cuanto mas allá iba esa idea.  Era un plan político. Controlar hegemónicamente la mayor cantidad de medios, neutralizar otros.  Uniformar la información. A veces cerrando medios. Otras comprándolos.  También amenazando para lograr la autocensura y el alineamiento.

La tal “hegemonía comunicacional” apuntaba también a algo que pocos percibieron en un primer momento:  para la nueva oligarquía gobernante era indispensable silenciar al pueblo que protesta, que denuncia, reclama y lucha.  Censurarlo.  Quitarle voz. A todo el pueblo, al identificado con la alternativa de cambio democrática pero también al simpatizante suyo. Ahogar en silencio las protestas de los trabajadores, de las comunidades, de los estudiantes, de los gremios.

Muchos creyeron que la tal “hegemonía comunicacional”  era de verdad “revolucionaria”.  Que sería para favorecer al pueblo.   El cuento de “los medios de la burguesía vs los medios del pueblo revolucionario”.  Recuerdo, por ejemplo, un incidente de agosto de 2012, en plena campaña electoral.  Hugo Chávez (q.e.p.d.) acaba de salir de aquella “cadena”  en Caruachi, que fue de puros tropiezos para él. A los dos días estaba al sur de Monagas y una pregunta -por lo demás normal y sencilla-  del periodista de Correo del Caroni, Ramsés Siverio, lo incomoda  (solo le gustaban las preguntas complacientes y del tipo aplaudidor) y lo encara:  “es que tu trabajas para un medio burgués”.





¿Cuál es el medio “burgués”?. O en otras palabras:  ¿en cuál medio encuentran los trabajadores permanente espacio para hacer que su voz de lucha, de reclamo y denuncia tenga espacio?.   ¿Acaso en VTV y en el “latifundio” de medios del gobierno (privatizados para uso exclusivo del cogollo político gobernante)?.  ¿Quién censura sistemáticamente a los trabajadores de Sidor y jamás permite que sus luchas se conozcan ni puedan dar a conocer sus razones?.   Igual ocurre con los trabajadores de Alcasa en sus denuncias. Con los ferromineros cuando lucharon por su contrato o por la libertad de su líder sindical.  Igual sucede a los trabajadores de Hidrobolívar. A los de Minerven. Censuran a rajatabla a los trabajadores de Carbonorca que denuncian la parálisis productiva de su empresa.  Los medios gobierneros jamás le dieron siquiera “un huequito” a los trabajadores de Tavsa cuando luchaban por que el gobierno desistiera de mantener cerrada la producción.  En fin.

Correo del Caroní, por el contrario, le da voz y cabida a todos. A los que luchan y denuncian.  También a los oficialistas.   Correo del Caroní jamás censura las luchas y protestas de los trabajadores.  Incluso es “el paño de lágrimas” de los sindicalistas chavistas cuando pelean por algo justo y en el canal 8 y los medios del gobierno -como siempre-  les cierran las puertas.  Y, ¡ojo!, siempre fue así.  No es ahora con este gobierno.  Ha sido así en sus 37 años de historia.  ¿Quién defendió y dio todo el espacio a los sidoristas de 1981 para denunciar y luchar contra la intervención de Sutiss?. ¿Quién en 2002 y 2007?  Para citar un solo ejemplo pero hay miles de episodios.   Entonces ¿quien es el verdadero “burgués” y anti trabajador?. Por eso tanto cerco económico contra Correo del Caroní.  Por eso le obstaculizan la compra  del papel”.  Demandas boliburguesas para tratar de cerrarlo.  Amenazas. Quieren quitarle voz a la Guayana que lucha.

Nunca una hegemonía comunicacional será revolucionaria.  Siempre será algo reaccionario y retrógrado.  Uniformar la información, censurar, dar cabida solamente a lo que decida el poder, siempre será antidemocrático.  En Cuba solo hay dos diarios;  Granma y Juventud Rebelde (que vergüenza ponerse el nombre de “rebelde” para ser arrodillado y complaciente) y ambos parecen fotocopiados.  Nunca habla el pueblo para reclamar o hacer crítica. Lo totalitario siempre es anti popular.  Esa es la “hegemonía comunicacional” pero reaccionaria. Ese es el “modelo” anhelado por la oligarquía roja rojíta de aquí.  

En democracia, en cambio, es clave la variedad.  Muchos medios.  Cero monopolios privados ni estatales.   Diversidad.  Que la gente seleccione a su gusto y pueda conocer todos los puntos de vista.   Incluso, en las democracias mas avanzadas, los medios públicos (caso BBC) son grandes e influyentes. Son financiados por el estado pero la ley prohíbe que los controle el gobierno.   Se garantizan directivas plurales que representen a la sociedad.  Los gobernantes tienen su espacio como el resto de la sociedad.   También se impiden los monopolios de poderosos grupos económicos. Pluralidad y variedad.

El cerco de #CensuraRoja contra los trabajadores de Sidor es una lección para todos.  No es el primer caso ni mucho menos, pero ha sido muy impactante y notorio.   El latifundio de medios del gobierno y los gobierneros silencian a los sidoristas. Cuando los mencionan es para tratar de someterlos al escarnio público. Ocultan el conflicto y sus legítimas razones. Esconden la huelga.  Hasta la niegan.  Tratan de apabullarlos. No existen. Su plan es ayudar al gobierno a imponerles el atropello.   La lucha por la libertad de expresión no es, pues, un asunto abstracto ni “de intelectuales”.  Es vital para el progreso del pueblo.   ¿Lección aprendida?. 

Usar intensamente y defender a los escasos medios libres e independientes, impresos y en radio, que aún quedan porque resisten.  Hay que “ponerse pilas”  para informarse. No dejar que los censuradores nos manipulen.  Usar los medios digitales. Los “portales web”.   Las redes sociales, buscando informantes serios y responsables.  Crear medios alternativos.   Luchar por la democracia y contra el afán totalitario.  

 

Público &  Confidencial

Damián Prat C

 

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