Los pacientes con VIH/Sida no sólo deben enfrentar las deficiencias de medicamentos antirretrovirales y la falta de reactivos para su diagnóstico y control que se ha acentuados en los últimos cuatro meses del 2014, sino además los problemas de agua y electricidad que padece a diario el Hospital del Tórax, ubicado dentro del Complejo Hospitalario y Universitario Ruiz y Páez, de Ciudad Bolívar, publica Correo del Caroní.
En Ciudad Guayana, el Programa VIH/Sida ha tenido que reducir el suministro de medicamentos de dos a un mes. De los 4 mil 500 pacientes registrados, sólo acuden a la consulta 2 mil 100.
Richar Allen, presidente de la Fundación Volando en Positivo en el estado Bolívar y paciente de VIH desde hace 19 años, sostiene que con el paso de los meses las carencias se han agravado, tanto que hasta la fecha no cuentan con varios antirretrovirales, como Darunavir (Prezista), esencial para aumentar el sistema inmunológico y disminuir la carga viral.
“Existen muchas deficiencias con los antirretrovirales, cuando no los traen los envían incompletos, o cuando no, -como el lote de medicamentos (Truvada) que llegó en julio para entregar en agosto- están vencidos”, afirma. Subraya que cuando las medicinas llegan incompletas sólo se benefician los pacientes que llegan primero al servicio, dejando ver que se trata de una especie de “carrera a la suerte” para poder alcanzar la medicina.
Allen alerta sobre una situación que no es nueva para las autoridades de salud, y advierte que están en riesgo de morir, puesto que “la suspensión de la ingesta de medicamentos en el paciente implica que se tenga problemas en la condición física. Se expone a que el virus puede hacer resistencia, y a que las enfermedades ‘oportunistas’ aparezcan y pueda morir”.
Advierte, existen muchos pacientes seropositivos hospitalizados por debilitamiento de su sistema inmunológico, y lamentó que un gobierno nacional con “tanto dinero nos tenga desasistido a los pacientes con VIH”.
Palabra incumplida
El informe más reciente de la ONG Provea sobre derechos humanos en Venezuela valora positivamente la iniciativa de la Defensoría del Pueblo y Oficina local de Onusida en el país para crear un marco legal. “En el año 2013 se elaboró un anteproyecto de ley, al que dieron su aporte un significativo número de organizaciones nacionales y regionales dedicadas a la defensa de derechos humanos de personas con VIH”, reseña el balance anual.
No fue sino hasta finales de 2013, que la Asamblea Nacional recibió la iniciativa legislativa. El anteproyecto fue aprobado en primera discusión la segunda semana de julio de 2014.
En la realidad de los centros de salud: la escasez de antirretrovirales se suma a la de reactivos y de condiciones en la que deben recibir el tratamiento -afirma- los llevó en mayo a encadenarse a las puertas del servicio en el quinto piso del Hospital del Tórax. “Hicimos en ese entonces, unas exigencias al presidente del Instituto de Salud Pública, doctor José García, quien se comprometió a dar celeridad, pero hasta ahora sólo ha cumplido con una silla de ruedas solicitada”. “También llevaron sillas para la sala de psicoterapia, pero no han podido ser usadas, todo porque le falta el sello de bienes del Estado”.
Comentó que las exigencias siguen estando vigente: Sala de psicoterapia rehabilitada con sillas, tener baños disponibles en el servicio, arreglar el ascensor (ya con más de dos años sin funcionar), silla de ruedas. “Es lamentable que el presidente del ISP, en cuya palabra confiamos, se haya convertido en uno más de los políticos mentirosos que existen en el país. Nos mintió”, expresó.
Si bien, admite que la carencia de antirretrovirales es un problema nacional, ahora se pretende cambiar la entrega de medicamentos del servicio a la farmacia del Hospital Ruiz y Páez. Allen considera este cambio una violación a los derechos de los pacientes seropositivos, y señala que se trata de una manera discriminatoria.
Para julio se registraron fallas en el suministro de medicamentos: Etravirina (Intelence) 100 mg, Emtracitabina + Rilpivirina + Tenofovir 200/25/300 mg (Complera), y Lamivudina + Zidovudina 150/300 mg (Duovir, Combivir). Tampoco hay reactivos para exámenes de diagnósticos, control y seguimiento de la enfermedad, como Western Blot (confirmatorio), o anticuerpos contra el VIH, Serología para Citomegalovirus (CMV) y prueba cutánea para detección de química sanguínea (transaminasas, amilasas, creatinina, glicemia, electrolitos), perfil lipídico, examen de orina y parasicológico, entre otros.
Se carece de kits de bioseguridad. A esto se le suma la falta de 17 medicamentos para tratar enfermedades oportunistas como Omeprazol, Rifampicina, Pirazinamida, Pegainterferón alfa 2a o alfa 2b, Entecavir, Isoniacida, Ethambuto, Rifabutin, Adefovir, Telbivudina, Penicilina G benzatinica, Ceftriaxone, ácido folínico, Metronidazol, Trimetropin, Doxiciclina, Bactrimel.
Dijo que hacer sólo la prueba confirmatoria en un laboratorio privado tiene un costo de Bs. 1.200, lo que representa un golpe duro al bolsillo de cualquier paciente seropositivo. “Hay muchas necesidades. Nos sentimos totalmente desasistidos”, añadió.
Paralizados programa regional preventivo de sida
Allen manifiesta su preocupación a la paralización de los programas preventivos contra el sida y señala que no existe voluntad de las autoridades de salud para evitar que la enfermedad se propague, en especial en jóvenes menores de 18 años.
Comenta la gravedad de la situación y lamenta que “en las escuelas no se hagan talleres, donde hay mucha incidencia. Como fundación hemos tenido casos de niñas de 14 años embarazadas e infectadas”.
Comentó que la Fundación Volando en Positivo buscó el apoyo del ISP para dictar talleres en el municipio Sucre previstos para el mes de mayo. Sin embargo, nada recibió, “ni preservativos, y menos volantes”. Cree que de no existir empeño en prevención “van a seguir existiendo personas infectadas”.