El curso escolar arrancó hoy oficialmente en la franja de Gaza con un retraso de dos semanas y después de un duro verano en el que la última ofensiva israelí ha causado una enorme destrucción en los colegios.
Más de 700.000 niños de la empobrecida franja palestina hicieron hoy el camino hacia sus aulas entre las toneladas de escombros que dejó la ofensiva israelí, que entre otros edificios se llevó por delante 24 escuelas y causó daños a otros 124, según cifras del Ministerio de Educación.
“Estamos haciendo todo lo que está en nuestra mano también para resolver el problema de las personas desplazadas que se refugiaron en los colegios”, precisa un comunicado de ese Ministerio.
La agencia de la ONU para los refugiados palestinos, UNRWA por sus siglas en inglés, anunció que prácticamente todos los colegios en la Franja de Gaza abrieron hoy sus puertas, salvo en la localidad de Beit Hanún, en el norte del enclave, donde una decena aún sigue siendo refugio de desplazados.
“Los intentos para convencer a los residentes desplazados para que se concentren en tres colegios y evacúen otros siete han resultados infructuosos”, afirmó Adnan Abu Hasna, responsable de prensa de la UNRWA, organización en cuyas aulas estudian unos 200.000 alumnos, de ellos unos 10.000 en Bet Hanún.
Durante los casi dos meses de conflicto armado con Israel, la franja fue blanco de intensos bombardeos por tierra, mar y aire, que según cálculos locales, afectaron a alrededor de 20.000 construcciones y unidades de viviendas.
Miles de residentes se vieron obligados a abandonar sus hogares y buscaron refugio en colegios regentados por esa agencia de la ONU, que quedaron atestados y a duras penas pudieron dar cabida al cerca de medio millón de desplazados, según denunciaron funcionarios de ese organismo.
Tres semanas después, aún quedan decenas de miles de desplazados por los 360 kilómetros cuadrados sobre los que se extiende el enclave que controla el movimiento islamista Hamás, y los escombros siguen siendo el paisaje de cualquier viandante, sobre todo, en el norte, sur y este de la franja.
Ziad Thabet, el subsecretario del Ministerio de Educación en Gaza, explicó que la primera semana la dedicarán los docentes a ofrecer asesoramiento psicológico a los menores después del trauma que han sufrido este verano, y que la mayor parte del tiempo habrá actividades recreativas.
La ofensiva israelí, la más dura desde 1967, costó la vida a 2.100 palestinos, entre ellos más de 500 menores, y dejó un balance de 11.000 heridos.
La apertura del año escolar se ha visto también ensombrecida por la muerte de 22 funcionarios del Ministerio de Educación durante la guerra.
Apenas días después de que se alcanzara un alto el fuego en la zona el 26 de agosto, el curso lectivo comenzó en Cisjordania, pero en la franja se había visto retrasado debido a la destrucción y la falta de medios y preparación de los colegios.
Con motivo del inicio del año escolar, la ministra palestina de Educación, Kwawla al Shakhshir, trató hoy de llegar a la franja, pero las autoridades israelíes le negaron el acceso.
Al-Shakhshir aseguró a la agencia de noticias Maan que había presentado una solicitud para entrar la semana pasada, pero que las autoridades israelíes la rechazaron este domingo.
Una portavoz del Coordinador de las Actividades del Gobierno israelí en los Territorios palestinos (COGAT, por sus siglas en inglés) dijo a Efe que ese organismo, dependiente del Ministerio de Defensa, estaba verificando las informaciones, por lo que no ofreció una respuesta inmediata sobre el caso.
Por su parte, Thabit explicó en un comunicado que la ministra, no había “coordinado su visita” con él y en declaraciones que hizo en un colegio de niñas criticó hoy la falta de coordinación que hay entre el aparato escolar en Gaza y el gobierno de unidad nacional que tiene su sede en Ramala, informó la agencia Maan.
“La coordinación y la cooperación con el Ministerio de Educación en Cisjordania era mejor durante los años de rivalidad (entre los movimientos Al Fatah y Hamás) que ahora”, afirmó al quejarse de que la división entre ambos territorios sigue siendo la realidad en el terreno. EFE