La vida de Maracaibo está signada por el Lago considerado el segundo más antiguo del mundo y el más grande de Latinoamérica; sin embargo sus habitantes no han podido utilizar óptimamente sus recursos sin que esto afecte su ecosistema. NP
Para plantear que esta relación uso-cuidado se pueda lograr, la fundación Maracaibo Posible con el apoyo de alrededor de 40 instituciones, creó una propuesta de visión de ciudad en la que se desarrollan planes de rescate del Lago y arborización al tiempo que propone la creación de la fundación Reto Maracaibo que reúna a todos aquellos que deseen trabajar en esto. Durante la exposición de la visión de ciudad se desarrollaron además las áreas: sustentabilidad, tradiciones, emprendimiento, ciudadanía y juventud.
Miguel Ángel Pietrangelli, doctor en ecología vegetal y experto en biología, explicó como la conservación del Lago puede hacerse a través de la arborización de la ciudad. “Concebimos a Maracaibo como un gran bosque urbano cuyo corazón sea el área universitaria. Soñamos con tener allí un gran espacio lleno de árboles que refresquen la ciudad. El ciclo hidrológico establece que cae más agua de lluvia en aquellas zonas donde hay plantas porque éstas atraen y generan mayor humedad y eso ocasiona un mayor número de concentración de nubes las cuales derivan en lluvia. Nosotros necesitamos que llueva más para palear nuestro clima semiárido y para contribuir en la conservación de nuestro Lago”.
Detalló que entre 1982 y 1995 por la construcción de la carretera Machiques-Colón y la carretera de la Costa Oriental del Lago se desforestó el 56,8 por ciento de los árboles del Zulia, lo que hace que haya menos lluvia en el estado. “Para que haya más lluvia necesitamos árboles y para que hayan árboles necesitamos agua. Es una relación que se debe atacar por ambos flancos. Por un lado reforestar con un sentido ecológico y por otro lado tratar el agua que hoy se deposita sin ningún tipo de control en el Lago, para poder usarla en el riego de esos árboles. Todo esto se puede dar en un mediano plazo porque para tener arboles grandes sólo se necesitan entre cinco y siete años, pero para eso tenemos que empezar a sembrar hoy”.
Señaló que reforestar Maracaibo y convertirla en un gran bosque, además de ayudar en la conservación del Lago, traería una serie de beneficios, entre ellos la disminución de la temperatura, el desarrollo del ecoturismo, la promoción del turismo interno y la libertad de los ciudadanos que se traduce en personas más felices y productivas. “Para reforestar Maracaibo se debe empezar sembrando al menos 15 mil plantas en una primera fase que sirva de vitrina para los resultados de este proyecto. A pesar de que no podemos cambiar nuestro macroclima y no dejaremos de ser una ciudad caliente, estimamos que convirtiendo a Maracaibo en un gran bosque, se disminuiría la temperatura entre cinco y siete grados centígrados y bajo sombra se pueden disminuir hasta unos 15 grados de sensación térmica”.
Pietrangelli explicó que en el tema del tratamiento del agua, en Maracaibo sólo existen cuatro grandes plantas de tratamiento: planta sur, planta Tablazo y las ubicadas en los municipios Cabimas y Lagunillas. Aseguró que para tratar todas las aguas que se depositan en el Lago se necesita la construcción de la planta de tratamiento Norte y alrededor de 30 plantas pequeñas más, puesto que de los 11 mil litros de agua por segundo que deberían tratar las cuatro plantas operativas, sólo se están tratando mil, lo que equivale apenas a un nueve por ciento.
“Sembrar árboles y contribuir a la conservación del Lago le dan a la ciudad beneficios imponderables. Los ciudadanos felices son productivos y colaboradores. Todo esto concadenado nos da como resultado una ciudad verde, tranquila y ciudadanos dispuestos a ser cordiales y a participar de las obras y los proyectos de la ciudad. Eso es lo que necesitamos. Personas que se activen en la construcción de la ciudad y que crean que todo esto es posible”.