Desde hace dos meses los precios de frutas, verduras y hortalizas se incrementan semanalmente. El traslado desde los estados Táchira y Trujillo encarece la mercancía en más del 50 por ciento. Hace un poco más de 15 días, el saco de zanahorias se cotizaba a mil 800 bolívares, hoy el comerciante lo compra a 3 mil 100 bolívares, para venderla al consumidor a 100 bolívares el kilogramo. “Todavía no hay ganancias porque nosotros pagamos la caleta de las cestas y las bolsas donde se coloca el pedido”, refiere Carlos Gil, comerciante del Mercado Municipal Terepaima.
El costo de rubros como cebolla, tomate y pimentón se eleva a más de 120 bolívares el kilo. Las amas de casa ya no compran en cantidad, sino que detallan el producto que más necesitan para el almuerzo o cena. “Casi siempre terminan comprando por unidad y en pequeñísimas cantidades”, afirma Leonidas Pérez.
La papa criolla es otro producto alimenticio que se elevó a las nubes. De 45 bolívares el kilogramo, ahora se ofrece a 60 bolívares y si se trata de las papitas colombianas, olvídelo, porque poca es la cantidad que llega al país. Se dice que los cultivos de papa en las zonas montañosas de Lara como Cubiro, Humocaro, Guarico y Sanare desaparecen. La semilla no está accesible a los productores venezolanos, su importación se vino abajo y los pocos sembradíos que quedan de papa no abastecen el consumo diario.
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