Querida María Conchita:
Lo primero que quiero hacer es pedirte disculpas. Si. Disculpas en nombre de todos los venezolanos amantes de la democracia y la libertad, que estoy seguro, somos mayoría en este país. Una mujer como tú, que durante muchos años ha puesto en alto el nombre de Venezuela, no sólo en el mundo musical, sino también en el mundo de la actuación, donde la competencia es a cuchillo, merece el reconocimiento de todos los venezolanos y no lo que te acaba de hacer el régimen de Nicolás Maduro, que ordenó iniciar los trámites para despojarte de la nacionalidad venezolana.
Querida amiga: quizás haya gente en Venezuela que no valore suficientemente tu trabajo artístico. No me extrañaría que hubiese personas que digan que todo cuanto hiciste en el ámbito musical no tiene ninguna importancia. Y créeme: tampoco me extrañaría que haya alguien que diga que lo que hiciste en Hollywood fue gracias “a otra cosa” y no a tu talento. Una de las cosas que la “revolución” le quitó a muchos venezolanos, sobre todo a quienes todavía creen en el proceso, fue la capacidad para reconocer el valor del esfuerzo, del trabajo y del éxito de muchos compatriotas que han triunfado en el exterior.
María Conchita: la revolución de Chávez y Maduro, le ha hecho creer a unos cuantos venezolanos, que quienes, como tú, se fueron a vivir, a triunfar y a buscar un mejor futuro en el extranjero, son unos traidores a la patria, conspiradores, golpistas, vampiros chupa sangre que lo único que desean es hacerle daño al país. Muy pocos venezolanos entienden que cada ser humano tiene derecho a triunfar, y que si ese triunfo está allá afuera y no aquí adentro, pues lo prudente es hacer todo cuanto sea necesario para ir a alcanzarlo.
Venezuela tiene un gobierno con los cables cambiados: en un país con tantos problemas, desabastecimiento, inseguridad, desempleo, pésimos servicios públicos, donde la mayoría de los venezolanos tiene que hace largas colas de 3 y 4 horas para comprar leche, papel sanitario, desodorante, toallas sanitarias, café y harina pan, el gobierno se preocupa por quitarle la nacionalidad a una venezolana como tú, que lo único que has hecho es emitir tus opiniones contrarias al socialismo del siglo XXI y a la revolución.
La doble moral revolucionaria es espantosa: en Venezuela hay cerca de 45 mil cubanos. La mayoría de ellos son milicianos disfrazados de entrenadores deportivos, médicos o especialistas en materia agrícola, que llegaron al país bajo el supuesto de ofrecer apoyo en determinadas áreas para tratar de hacerlas mucho más eficaces y productivas. Pero detrás de esa fachada, lo que se esconde es otra cosa: los cubanos están aquí para asumir el control de todos y cada uno de los aspectos de la vida cotidiana del venezolano y para reforzar el aparato de seguridad, vigilancia e inteligencia del gobierno, y garantizar así que los objetivos trazados en La Habana, entre ellos, el establecimiento de un régimen comunista, dictatorial, represivo y anti democrático, se consolide en Venezuela, tal cual como ocurrió en Cuba.
María Conchita: casi todos esos cubanos, que viven en Venezuela en cómodos apartamentos, con gastos pagos y con todo tipo de privilegios, ya tienen cédula de identidad venezolana y hasta pasaporte. Ninguno de ellos cumplió con los requisitos establecidos en la ley para obtener la nacionalidad venezolana. Lo mismo ocurrió con decenas de miles de chinos, rusos, bielorusos, iraníes, libaneses y otros extranjeros que fueron traídos desde los confines de la tierra para dar apoyo a esta vaina que llaman revolución. A todos les dieron documentos de identidad venezolanos y hoy se pasean por el mundo haciendo ver que nacieron en esta tierra, cuando nosotros sabemos que no fue así.
La orden impartida por el gobierno revolucionario pareciera ser sencilla: extranjero que venga a apoyar la revolución tendrá su nacionalidad asegurada de por vida. Extranjero que critique y cuestione la revolución, le será arrebatada su nacionalidad venezolana. Eso es precisamente lo que Nicolás Maduro ha ordenado se haga contigo.
Qué curioso: el Presidente cuya nacionalidad ha sido más cuestionada en toda la historia democrática venezolana, Nicolás Maduro, es el que ahora da las órdenes para quitarte la nacionalidad a María Conchita Alonso. A Carlos Andrés Pérez se le cuestionó su nacionalidad venezolana y se lo acusó de haber nacido en Chinácota, en Colombia. Pérez no lo dudó ni un solo instante y mostró su partida de nacimiento, que lo acreditaba de haber nacido en Vega de la Pipa, municipio Junín del estado Táchira. Maduro ha sido acusado de haber nacido en Cúcuta, y hasta los momentos, no ha querido entregar los papeles que prueben lo contrario.
Chávez y Maduro prostituyeron la nacionalidad venezolana. Convirtieron en “ciudadanos venezolanos” a delincuentes internacionales, a peligrosos terroristas, a narcotraficantes y a toda clase de bichos raros que andan al margen de la ley. Por tanto, no tienen moral para quitarle la nacionalidad venezolana a nadie.
Al menos para mí, María Conchita, tú siempre seguirás siendo venezolana, aunque ya no tengas el pasaporte de mi país.