Venta de activos de Pdvsa podría proteger al país de posibles confiscaciones

Venta de activos de Pdvsa podría proteger al país de posibles confiscaciones

(Foto EFE)
(Foto EFE)

 

La maniobra acelerada de la petrolera estatal Pdvssa para vender unidades ha generado interrogantes acerca de si Venezuela desea reducir su exposición internacional, para evitar que le confisquen activos en el caso de que alguna compañía gane un arbitraje en demandas contra el país, reseña Reuters.

El productor de crudo líder de Latinoamérica está buscando vender su importante unidad de refinación en Estados Unidos Citgo Petroleum Corp, así como participaciones en las refinerías Hovensa en las Islas Vírgenes estadounidenses y Chalmette en Luisiana, y una red de refinerías en Suecia, Inglaterra y Escocia.





El Gobierno venezolano ha manejado las posibles ventas en secreto, dejando a analistas y actores del sector energético intentando reconstruir el razonamiento que justifique la sorpresiva desinversión.

La mayoría dice que la razón general detrás de las potenciales ventas es una necesidad de liquidez tanto de PDVSA  como del Gobierno venezolano, que busca apuntalar sus arcas antes de efectuar pagos de un bono clave con una economía debilitada.

Pero expertos del sector también destacan que PDVSA podría querer reducir su exposición internacional antes de que en los próximos meses se conozcan los fallos de sendos arbitrajes promovidos por ExxonMobil Corp y ConocoPhillips.

Ambas compañías están buscando una indemnización después de que sus proyectos fueron tomados por el Gobierno que encabezaba el fallecido presidente Hugo Chávez, que lideró una ola de nacionalizaciones que incluyó activos en las industrias petrolera, eléctrica, y siderúrgica.

Si bien Venezuela ha jurado que pagará si recibe una sentencia en contra, en el mercado ha crecido el temor a que PDVSA podría estar preparándose para su mayor retirada del mercado estadounidense de refinación en momentos en que empeora la crisis financiera del país.

“El Gobierno probablemente tenga problemas para pagar esos laudos (arbitrales) en efectivo, dado los limitados recursos, y probablemente busque en cambio llegar a un arreglo con bonos o activos petroleros”, señaló en una nota la consultora Eurasia Group.

“Sin embargo, el Gobierno probablemente esté buscando reducir sus vulnerabilidades en el caso de que los demandantes no deseen aceptar fuentes alternativas de compensación”, agregó la consultora.

Hacer cumplir laudos arbitrales complicados probablemente tome años dado los procesos de apelaciones.

Sin embargo, a las más de 20 compañías que han llevado a Venezuela a un arbitraje por nacionalizaciones las reconforta la idea de que sus activos internacionales pueden en teoría confiscarse en caso de que el país no tenga voluntad de pagar.

“Las empresas que tienen arbitrajes contra Venezuela siempre han visto a los bienes de CITGO como una garantía, en caso de que se llegue a la ejecución forzoza de un hipotético laudo si el país decide no cumplirlo voluntariamente”, dijo Carlos Bellorin, analista del sector petrolero de IHS.

Una menor exposición internacional también reduce la necesidad de promover relaciones diplomáticas y comerciales positivas con Estados Unidos, de por si bastante dañadas.

PDVSA no respondió a solicitudes de comentarios.

Cálculos políticos

Varios factores económicos apuntan en contra de la opción de vender Citgo [PDVSAC.UL], lo que parece dar sustento a la teoría de que detrás de la venta de activos también hay motivaciones políticas.

Citgo registró una utilidad neta de 778 millones de dólares el año pasado. Es el pagador en efectivo más grande que tiene PDVSA.

Esos dos factores son enormemente importantes para Venezuela, que despacha embarques financiados de petróleo a aliados políticos y acepta pagos en especie, como arroz o jeans, por otros embarques.

De hecho, fuentes cercanas a PDVSA dicen que el presidente Nicolás Maduro recibió una propuesta alternativa sugiriendo que Citgo emita nuevos bonos para hacerse de efectivo en lugar de poner a la compañía en venta. La propuesta también sugería que PDVSA canjee algunos de sus bonos para extender sus plazos.

Algunos cuestionan también la sabiduría de PDVSA en vender sus codiciadas refinerías a los competidores, especialmente porque Citgo recibe algunos de los crudos de menor calidad del país sudamericano.

Y dados los acelerados cambios en la naturaleza de los flujos de crudo en América, podría no ser el momento óptimo para vender la mayoría de las refinerías de Citgo.

No tener a Citgo a mano podría acelerar el retiro de PDVSA del mercado norteamericano. La compañía ha estado absorbiendo unos 160.000 barriles por día (bpd) de crudo pesado venezolano este año, o un 22 por ciento de las exportaciones de crudo de Venezuela a Estados Unidos, según datos de la Administración de Información de Energía.

Para estar seguro, falta por ver si PDVSA finalmente vende a Citgo, una controvertida medida considerada en varias oportunidades en el pasado que algunos en el bloque izquierdista critican como una privatización encubierta.

Algunos partidarios del Gobierno se han quejado por largo tiempo por el hecho de tener una cadena de refinerías en Estados Unidos, rival ideológico de Venezuela, pero PDVSA ha trabajado duro en los últimos años para maximizar la entrega de dividendos de Citgo.

Maduro dijo el martes que Citgo continuará con un proyecto de asistencia social en Estados Unidos. Algunos medios venezolanos interpretaron los comentarios como una señal de que el Gobierno podría estar considerando planes para vender, aunque el mandatario no dijo nada específico al respecto.

Un posible aspecto positivo de una venta podría ser el ingreso de efectivo a PDVSA, que necesita dinero para impulsar una decaída exploración y producción.

Pero con las reservas de efectivo de Venezuela disminuyendo, la inflación superando el 60 por ciento y populares programas sociales necesitando financiamiento, muchos se muestran pesimistas ante las posibilidades de que los potenciales ingresos sean reivertidos en el sector.

“Es claro que la voracidad fiscal del gobierno central está obstaculizando las posibilidades de aumentar la producción de petróleo”, escribió Deutsche Bank en una nota a clientes.

Por Alexandra Ulmer y Marianna Parraga/Reuters