Luego que la empresa Clorox anunciara su salida de suelo venezolano por dificultades en el modelo económico, el gobierno venezolano anunció este viernes la “toma temporal” de las instalaciones de la empresa y la activación de sus operaciones, según informó el vicepresidente, Jorge Arreaza en horas de la noche desde la planta junto a los trabajadores.
Más temprano cientos de trabajadores de la empresas habían tomado las instalaciones de sus dos plantas en el país, a la espera de una orden del Gobierno que les permitiera reactivar sus operaciones, paralizadas a principios de esta semana tras un inusual despido telefónico.
Clorox, la multinacional estadounidense fabricante de productos de limpieza, anunció el lunes su retiro de Venezuela y dijo que vendería sus activos en el país tras reconocer considerables pérdidas en el 2014 por las restricciones impuestas a través del control de cambios vigente desde hace más de una década.
“Ya hicimos la ocupación temporal de la planta porque el patrono la abandonó”, dijo el viernes Luis Piñango, uno de los casi 300 trabajadores que permanecen, día y noche, dentro de la planta de la firma en Los Valles del Tuy, al sur de Caracas.
En otra planta, en Guacara, en el centro del país petrolero, otros 100 obreros también aguardaban una respuesta del Gobierno de Nicolás Maduro para tomar la instalación y reanimar las operaciones.
“Tenemos experiencia para seguir operando la empresa. La mitad de los trabajadores lleva más de ocho años laborando aquí. Esta es la principal fuente de empleo en el municipio”, agregó Piñango rodeado de sus compañeros de trabajo.
“No al cierre ilegal. Queremos trabajar”, se leía en pancartas pegadas en los portones de la fábrica.
Reuters intentó comunicarse con Clorox pero no obtuvo una respuesta inmediata y, hasta el viernes, ningún representante de Clorox se había acercado a las instalaciones.
“Ellos huyeron del país. No siguieron los pasos que dicta la legislación venezolana para hacer un cierre”, comentó Piñango.
La ley venezolana contempla que se instale una instancia de negociación entre los trabajadores y el empleador supervisada por el Estado cuando está en riesgo la estabilidad laboral. En estos caso, ordena además la inamovilidad laboral durante el proceso.
El último contacto de la firma con sus trabajadores fue a través de un mensaje de texto que recibieron la madrugada del lunes en el que se les invitaba a participar de una conferencia telefónica. Unos volantes entregados por los vigilantes de la fábrica también invitaban a ser parte de la llamada.
En ella, la voz grabada del gerente general de Clorox en Venezuela, Óscar Ledezma, les anunció su despido.
“Clorox Venezuela se ha convertido en un negocio inviable. Como resultado de esto nos hemos visto forzados a descontinuar nuestras operaciones (…) esto significa que su relación laboral con la empresa se da por terminada de manera inmediata”, dijo el audio al que tuvo acceso Reuters.
Mientras la escasez de productos de limpieza se sigue agudizando en el país de 29 millones de habitantes, en la planta de Clorox, en Los Valles del Tuy, miles de cajas de cloro, desinfectante y blanqueador esperan para ser despachadas.
Varias transnacionales, desde Colgate-Palmolive hasta Avon, han advertido que sus balances se han visto golpeados por los complejos controles de cambio y precios y la desaceleración de la economía, que las han llevado a reducir sus operaciones en el país. Reuters