El personal militar, además de velar por la seguridad, organiza a los conductores y hasta solicita documentos en caso de que haya duda sobre la procedencia del chip en algunos vehículos, lo que logró durante el comienzo de semana evitar algún tipo de contratiempo o desorden público.
Se indicó que el sistema automatizado determinó cómo algunos 25 vehículos habían recorrido, una vez que surtieron de combustible, unas ocho estaciones, lo que a juicio de la diputada Nellyver Lugo, “esto crea mucha suspicacia de las colas y las razones políticas que pudiera haber detrás de ella”.
Lugo, quien es vocera autorizada de la llamada “mesa de combustible” en el estado afirmó que no había ninguna razón clara para las largas colas de los últimos días, por cuanto, por lo menos en la madrugada de este lunes, habían ingresado ya las 120 gandolas, que son el grueso del cupo de combustible destinado para el estado Táchira.
Sobre la “militarización” en las estaciones de servicio, el Gobierno negó el calificativo y dijo que el problema de la seguridad, y en el caso del combustible, es una cuestión de estado.
El colectivo, por lo menos varios de los consultados en las largas colas, veía con buenos ojos la presencia de los efectivos del Ejército en las gasolineras, porque aducen que les da más tranquilidad, por lo menos en quienes siempre buscan la forma de ingresar a las islas en retroceso, sin respetar que hay colas de hasta dos horas.
“Operación morrocoy”
Mientras los conductores prestaban poca importancia a la presencia militar, ya que les parecía más molesto estar entre una y dos horas en la cola, el propio gobernador del estado, Vielma Mora, dijo, en su programa radial en horas de la mañana, que había una supuesta “operación morrocoy” por parte de algunos propietarios de estaciones de servicio, quienes tenían seis surtidores y colocaban sólo dos isleros, y en algunos casos hasta uno solamente, para atender toda la estación de servicio, lo que generaba demora en la atención a los conductores.
Augusto Medina