Si existe algo de lo que los países mediterráneos pueden estar orgullosos es de su dieta, reconocida mundialmente como patrimonio de la humanidad, por sí sola es capaz de atraer enormes cantidades de turistas cada año. Sin embargo, es posible que se esté cumpliendo ese nefasto refrán que dice que nadie es profeta en su tierra, algo que posiblemente le esté pasando factura a la popular dieta. Numerosos estudios señalan las bondades de este tipo de alimentación, especialmente en las mujeres que se encuentran en la etapa de climaterio, pero la realidad señala que tan solo el 33% de las mismas comen según sus recomendaciones. Marta Valle/ Diario Femenino
Beneficios de la dieta mediterránea en la menopausia
Las investigaciones que se han realizado al respecto arrojan algo de luz sobre las afirmaciones acerca de los beneficios de este tipo de rutina alimentaria en la etapa climatérica. Las mujeres que incorporan productos de la dieta mediterránea son menos propensas a sufrir los síntomas vasomotores asociados a la menopausia. Es el caso de la sudoración nocturna, los sofocos, la retención de líquidos, los problemas de sueño y la excesiva sequedad en la piel. En concreto, los componentes de esta dieta identificados como beneficiosos son las frutas, las verduras, las legumbres, el pollo, el pescado, la carne roja -consumida con moderación- y las grasas insaturadas como el aceite de oliva.
Hay que tener en cuenta que a lo largo de los años la dieta mediterránea ha adquirido enorme popularidad debido a los enormes beneficios que aporta en la mejora de la salud mental -se disminuye el riesgo de padecer demencias de carácter leve- así como en la disminución de la probabilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares. A ello se suma, en la actualidad, la recomendación generalizada por parte tanto de profesionales de la nutrición como de farmacéuticos para aquellas mujeres que se encuentran en la menopausia.
Tanto si nos encontramos en cualquiera de las etapas de definen el climaterio como si aún nos faltan algunos años para llegar a ese estado, resulta conveniente consultar con expertos para elaborar una rutina alimentaria que, siguiendo los patrones de la dieta mediterránea, sea adecuada a nuestro estado físico.