Atrás quedó el vacío de poder dentro de la Mesa de la Unidad Democrática. Justo a tiempo para reorganizar la lucha política y social, con la vista puesta en la reinstitucionalización de Venezuela. Reinstitucionalización sumamente necesaria para superar esta crisis.
Luego de varios meses de críticas, dimes y diretes, y de una debilidad inconveniente para el momento político que vivimos en el país, salió humo blanco para sustituir a la respetada figura de Ramón Guillermo Aveledo, junto a quien logramos demostrar que más de la mitad de Venezuela quiere un cambio urgente a través de métodos constitucionales, democráticos, pacíficos y electorales.
Tenemos nuevo Secretario Ejecutivo, y aunque el reto es enorme, confiamos en que una vez más lograremos cohesionarnos como una sola fuerza para encaminar a nuestro pueblo golpeado y humillado por un gobierno que juega a la escasez, desempleo y presos políticos, hacia el progreso que queremos y merecemos, y Jesús “chúo” Torrealba es, sin duda alguna, ese líder necesario para reconectar a la MUD con la gente.
La designación de este luchador social al frente de la coalición opositora es una muestra de rectificación, de voluntad, pero sobre todo de mucho compromiso con el bienestar y la calidad de vida de los venezolanos, vivan en barrios, urbanizaciones o grandes mansiones; pues independientemente de nuestra clase social todos estamos sufriendo los embates de una emergencia humanitaria en salud, economía y seguridad que requiere una solución democrática viable, y ese camino debemos transitarlo en conexión constante con nuestra gente.
Comprendiendo la realidad y las necesidades de los venezolanos crecimos de 4 millones en 2006, a más de 7 millones de votos en 2013. Y para muestra un botón: En 2008 ganamos gobernaciones y alcaldías que parecían imposibles; en 2010 superamos al partido de gobierno en votos durante las elecciones parlamentarias; en 2012 dimos una muestra de unidad traducida en 6 millones 591 mil 304 votos, durante las presidenciales contra el fallecido, Hugo Chávez; y lo fue aún más el 14 de abril de 2013, al obtener 49,12% de la preferencia, según el Poder Electoral venezolano.
Los resultados de las elecciones municipales de 2013, también representaron un triunfo de la unidad democrática. Aumentamos el número de alcaldías, y conquistamos espacios simbólicos para el chavismo; y todo esto lo conseguimos unidos. Una razón más para fortalecernos como alternativa, y es que juntos, trabajando por un mismo objetivo, hemos demostrado que sí es posible una salida democrática a este gobierno eterno y autoritario.