Cada mañana en miles de hogares venezolanos, la pregunta es la misma, ¿Que iremos a comer hoy? Es evidente que ésta pregunta no es generada por la indecisión que representaría la abundancia a la hora de escoger el menú familiar, sino por la terrible preocupación de no saber que cola habrá que hacer, para comprar los productos que se consigan, al precio que se consigan, y lo que es peor aún, por la incertidumbre de desconocer si el dinero del que se disponemos alcanzará para adquirir lo más básico y necesario a la hora de poner el pan en nuestras mesas.
Es más que evidente, el sacrificio al que nos vemos sometidos padres y madres de familia en estos tiempos de crisis para cubrir las necesidades básicas de nuestras casas. Servicios públicos caros e ineficientes, por los cuáles pagamos unas tarifas y casi nunca disfrutamos eficientemente; medicinas caras y casi inexistentes, matriculas escolares por las nubes, y listas escolares a precios de joyería; aparte de los avatares diarios, como la inseguridad; que debemos sortear la inmensa mayoría de los venezolanos. Pero sin duda cuando hablamos de alimentarnos, todos los demás problemas terminan pasando a un segundo plano.
Según datos del CENDA, La Canasta Alimentaria del mes de AGOSTO 2014, tuvo un costo de Bs. 9.464,50. Es decir, con el salario mínimo actual de Bs. 4.251,78 solo nos alcanza para poder adquirir el 44,9% de la canasta alimentaria, y presenta un déficit solo para la adquisición de alimentos del 55,1%; lo que se significa que una familia requiere hoy, algo más de dos salarios mínimos solo para cubrir sus gastos de alimentación.
Los venezolanos cada día pagamos más caro, las erradas políticas económicas, la comida, es un ejemplo de esa realidad, cada vez podemos comprar menos, para lograr alimentar a nuestras familias.
En su estudio, el “CENDA señala que para agosto del año en curso, un promedio de los 22 productos de los 60 que conforman la canasta básica alimentaria presentan escasez”. Es decir no se consiguen. Ya que los controles de precios del Gobierno son puros cuentos, una ilusión. La realidad es otra cosa..!
¿Como se explica que en un país petrolero, como Venezuela, que durante los últimos quince años, debido a la bonanza de los precios de nuestro hidrocarburo, el Gobierno haya obtenido una inmensa suma de dólares, y hoy los venezolanos estemos sometidos a mayor pobreza, escasez y a una asfixiante inflación?. ¿Cómo puede explicarnos el Gobierno, que en la Red pública MERCAL y PDVAL, según CENDA, solo se encuentren 20 de los 60 productos que conforman la canasta básica alimentaria, cuando son ellos mismos los que se reservan la adjudicación, administración y entrega de las divisas..!
Pues hay una sola explicación; son quince años, de ineficiencia, corrupción, improvisación, donde por lo general, los puestos gerenciales se han asignado a funcionarios cuyo requisito superior, es la afiliación al Psuv y las lealtades políticas al jefe; y no, donde los esfuerzos se dirijan hacia una meta en común, el bienestar colectivo de un pueblo. Lejos de hacernos avanzar hacia un proyecto de país con visión y acción de progreso y futuro, lo han conducido a una sociedad desestimulada, desesperanzada, llena de incertidumbre y desconfianza, en donde producir en las actuales circunstancias pasa por ser un riesgo, y la soberanía alimentaria es una utopía que medio llega a los ciudadanos en barcos desde tierras lejanas; mientras cada día, a los emprendedores los obligan a producir menos.
Aquí la única guerra económica que existe es la que tienen que librar padres y madres a diario contra las colas, la inflación y la escasez, cuya arma es un salario mínimo de 4.251,78 Bs. Que pone a llorar a la inmensa mayoría de los venezolanos, que clamamos a Dios, multiplique nuestro salario para no padecer de miseria y hambre.
Diputado Freddy Paz
Estado Zulia.