El régimen de Nicolás Maduro parece haber superado la volatilidad generada durante la ola de protestas estudiantiles producidas en la primera mitad del año, pero nuevos nubarrones se ciernan sobre el líder del chavismo, siendo el más alarmante de ellos la sostenida caída de los precios del petróleo, dijeron analistas a El Nuevo Herald.
Antonio Maria Delgado
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Los expertos advirtieron que la caída de los precios del petróleo podrían terminar por descarrilar las ya atribuladas finanzas del régimen bolivariano, con la cesta venezolana de crudos negociándose por debajo de los $86 el barril, una caída de más del 15 por ciento frente a los niveles en que era cotizado el año pasado.
Y una pérdida de otros seis dólares más en el precio podría terminar siendo difícil de superar para Maduro, advirtió Diego Moya Ocampos, analista para América Latina de IHS Global Insight/IHS Jane’s.
“El punto de quiebra, es un barril de petróleo de ochenta. A ese precio, si se mantiene por tres o cuatro meses, allí ya el gobierno simplemente no va a poder sostener el gasto social que necesita para mantener la lealtad de sus bases”, dijo Moya.
“Estamos a cinco o seis dólares de ese punto de quiebre”, enfatizó.
Y los pronósticos apuntan a que el precio del crudo seguirá bajando en medio de señales de una mayor producción de petróleo en Estados Unidos, Irak y Libia y proyecciones de un débil crecimiento económico en Europa y China que podría restringir aún más la demanda.
El crudo venezolano, que ha estado disminuyendo sostenidamente desde finales de mayo, cerró el viernes en niveles de $85,89, su más bajo nivel en tres años.
El gran problema es que Venezuela no está en condiciones de producir más crudo para poder compensar una caída en los precios. Y una mayor reducción en los ingresos que obtienen el régimen no sólo significaría una menor disponibilidad de recursos para sostener el gasto social, sino un incremento de los problemas de inflación y escasez del país.
Es una cadena lógica de problemas, dijo Moya.
“Si no logra aumentar la producción, no va a poder mantener el gasto social. Y si no puede mantener el gasto social, comienza a intensificarse la protesta. Y si se incrementa la protesta social, comienza a intensificarse aún más la estabilidad política”, explicó.
Maduro había logrado contener el proceso de agitación política que había registrado en el prime trimestre de este año durante las manifestaciones estudiantiles, a través de una feroz represión que dejó decenas de muertos y cientos de heridos.
Y la incapacidad de poder ejecutar soluciones económicas al país han tornado cada vez más represivo al régimen de Maduro, quien ha acentuado su control de las cortes del país para comenzar a perseguir judicialmente a cualquier voz de disidencia, desde líderes sindicales hasta empresarios.
“Lo que estamos viendo ahora es el uso de la justicia, ya formalmente, como instrumento de persecución”, explicó Oswaldo Ramírez, presidente de ORC Consultores.
“El miedo y la represión forman parte de un sistema que ya prácticamente abandona por completo la apariencia democrática y comienza a tener caracteres dictatoriales claramente definidos”, agregó.
Es gobernar por intimidación ante una caída en la cantidad de dólares disponibles para seguir ejecutando la formula del petropopulismo que mantuvo al fallecido Hugo Chávez en el poder por más de 14 años.
El colapso del modelo no ha pasado por desapercibido entre los sectores de menos recursos, donde el chavismo ahora tiene mucho menor calado, agregó desde Montreal el consultor político Orlando Viera Blanco.
“Los chavistas están evaluando y están siguiendo de cerca la ineficiencia, la falta de continuidad, la falta de firmeza en términos de inclusión y de poder generar un reparto palmario”, dijo Viera Blanco.
Y a diferencia de las manifestaciones anteriores, ya la protesta no está siendo realizada para pedir que se derogue una ley, o exigir que se respete un artículo de la Constitución.
“Las protesta comienza a darse porque ya no se consigue el arroz, o porque ya no hay aceite de comer, y porque están matando a sus hijos en la calle por una delincuencia desbordada”, dijo.
“Gradualmente la política se vierte cada vez más hacia la calle”, insistió.
El analisis es compartido la International Crisis Group, organización que en un reciente informe alertó que la crisis política venezolana no ha tocado fondo pese al apaciguamiento de las manifestaciones estudiantiles.
“La ausencia de un conflicto violento en la calles no debe ser tomada como una señal de que todo va bien”, advirtió el informe “Inercia peligrosa” divulgado por la ONG.
“Si el Gobierno no afronta con prontitud los problemas económicos y sociales y provee un marco político dentro del cual se puedan resolver de manera pacífica las profundas divisiones existentes, se producirá una crisis política y social de dimensiones impredecibles”, agregó.
Twitter:@DelgadoAntonioM