Los vecinos del Manfredi, el edificio entre las esquinas de Pilita y Glorieta en Quinta Crespo, se despertaron con un tiroteo el martes 7 de octubre. No era la primera vez. Pero ese día se desató entre funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) y el colectivo Escudo de la Revolución. Veinticuatro horas después de lo sucedido, los vecinos cuentan lo que vieron y lo que todavía no entienden, reseña Runrunes.
Odreman de vivo a muerto
Los vecinos de la zona declararon a la periodista Maria Alesia Sosa, en las declaraciones se registran varias versiones de lo que pasó con el líder del Frente 5 de marzo José Odreman, quien estaba declarando a los medios en la mañana delante de ellos, y horas después fue asesinado, también delante de ellos.
Una mujer que trabaja justo enfrente asegura que Odreman no estaba armado y que ya se encontraba en manos de la policía, con las manos en alto, cuando recibió un tiro y cayó al suelo.
Otra versión apunta a que Odreman habría secuestrado a dos funcionarios policiales y en el forcejeo por que los liberara, recibió un disparo en el pecho.
En un video publicado por Runrun.es se observa cómo Odreman agoniza en el suelo, es decir no murió en el acto.
Todas las hipótesis coinciden en que el líder revolucionario fue sacado con vida por la puerta norte del sótano del edificio.
En el inmueble viven alrededor de 220 familias damnificadas. Desde el año 2010 funciona como un refugio y ha tenido al menos cuatro padrinos políticos: la Alcaldía de Caracas, Ministerio de Pueblos Indígenas, Ministerio de Deporte, Ministerio de Cultura. Pero según cuentan sus habitantes ninguno les ha resuelto los problemas del edificio.
Un portón rojo con fotos de Chávez y Bolívar son la entrada oeste al sótano. Desde ese galpón operaba el colectivo Escudo de La Revolución, y allí fue donde mataron a Carmelo Chávez, quien estaba de guardia custodiando la sede. Más tarde, frente a esa misma puerta roja mataron al líder del Frente 5 de marzo, José Miguel Odreman. Y a otras tres personas: Jesús Rodríguez, José Ángel Tovar y Michael Contreras.
Kristel Blanco, habitante del piso 15, desmintió al director de la policía, José Gregorio Sierralta, quien había dicho que quien operaba en el garaje era una banda delictiva.
“No era ninguna banda delictiva, era un colectivo organizado desde hace casi un año”, dijo.
El colectivo Escudo de la Revolución llegó al Manfredi en diciembre de 2013, y sacó a la banda delictiva que allí operaba: Los Guaros.
“Cuando mandaban Los Guaros esto era horrible. Nos amenazaban todo el tiempo. Nos pedían grandes cantidades de dinero para poder vivir aquí. Había mucha droga allí”, declaró Blanco.
Ana Bastidas, quien también vive en esa residencia, indicó que el colectivo llegó para poner orden. Cobraban entre 400 y 2.000 bolívares a las familias que allí viven, según decían, para pagar el agua, para recoger la basura y garantizar la seguridad.
El colectivo había instalado cámaras en todas las entradas del edificio y controlaban quién subía y bajaba, como si fuera un edificio de oficinas.
“No sé si de la calle para afuera eran delincuentes, pero aquí en el edificio nos sentíamos tranquilos. Les pagábamos una colaboración y ellos nos mantenían organizados”, indicó Bastidas.
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