Los compromisos oficiales no llegarán lo suficientemente pronto para la Duquesa de Cambridge, que está desesperada por volver al trabajo. La semana pasada continuaba batallando con su hiperémesis gravídica, las severas náuseas y vómitos que también padeció en su primer embarazo, y esta semana, incluso la próxima, pinta igual. Y, para colmo de males, la duquesa Catherine se ha enfrentado a una prueba más difícil todavía al convertirse en el blanco de un ataque personal de una publicación. Entonces el príncipe Guillermo emitió cartas de advertencia a través de sus abogados a dos fotógrafos que, según alegan, violan la privacidad del joven príncipe George, publica hola.com.
El ataque no podía ser menos oportuno produciéndose como lo ha hecho cuando la Duquesa de Cambridge ya se sentía muy vulnerable. El artículo de portada de la revista Newsweek Europa que la semana pasada titulaba “Por qué las mujeres no quieren ser Kate”, contaba con citas de la escritora Germaine Greer en las que criticaba a la Duquesa por estar “demasiado delgada”, por ser “un vientre” para los miembros de la realeza y por haber sido obligada a pasar “por todo esto de nuevo tan pronto”. Por nada y por todo.
Pero los partidarios de la Duquesa se apresuraron a saltar en su defensa inmediatamente: “¿Cómo demonios iba Germaine a saber si ella quería otro bebé o no?”; “La pobre chica tiene una enfermedad terrible por amor de Dios y debe sentirse muy vulnerable. Creo que estos comentarios son horribles”; “Esta joven mujer necesita todo el ánimo que pueda tener”; “Es bastante duro para Kate, especialmente cuando ella está tan mal”; “Creo que es injustificable. Ella trabaja duro por el país”; “Criticar a alguien por estar delgada cuando saben que sufre de hiperémesis me hace enojar”…
Además de todo, la Duquesa tuvo la tensión añadida de que su marido se viera obligado a advertir a dos fotógrafos freelance que él considera que han estado persiguiendo a su hijo durante los paseos con su niñera en parques de Londres. Aunque los fotógrafos niegan las acusaciones e insisten en que no han hecho nada malo, los asesores de la pareja creen que ha habido una serie de “violaciones de la privacidad” del joven príncipe George. La gota que colma el vaso ha sido que uno de los fotógrafos, que tiempo atrás fotografió al pequeño y a su niñera en Battersea Park, aunque las imágenes se publicaron fuera del país, fue visto hablando con un escolta real. “Hay motivos para sospechar que el individuo puede haber estado poniendo al príncipe George bajo vigilancia y seguimiento de sus rutinas diarias por un período de tiempo”, según un portavoz real. Una acusación, por otra parte, tajantemente negada por el fotógrafo. “Ningún padre toleraría la sospecha de que alguien persiga y acose a su niño y su cuidador, mientras que su hijo está jugando en un parque público”. También la Duquesa se ha visto frustrada por el acoso periodístico: “Su vida es miserable. Ella se siente como un animal enjaulado”, revela una fuente de Palacio.
Para evitar decepciones, sus portavoces no darán a conocer detalles hasta que se sepa con certeza que se encuentra lo suficientemente bien como para asistir. También existe la preocupación de que, si la enfermedad persiste, sus médicos acaben hospitalizándola, como ocurrió cuando estaba embarazada del príncipe George. La prensa inglesa informa de que un equipo médico se encuentra en espera en el hospital privado de King Edward VII. Mientras tanto, la Duquesa está decidida a volver al trabajo tan pronto como su cuerpo (y sus críticos) le den un descanso.