El operativo de infiltración y seguimiento, visual y electrónico, sobre ‘Alfonso Cano’ tenía un reto: ubicarlo e identificarlo plenamente para dar la orden de ataque. Con información de RCN
Desde hace varios días los helicópteros y aviones bombarderos estaban listos en una base militar cerca de Palmira, esperando la orden de despegue. La gran incógnita era el clima, cambiante y traicionero de la zona donde ya había sido avistado ‘Alfonso Cano’.
El asalto aéreo debía darse ese día, el único en que las condiciones de clima eran favorables. “Yo consideré que ya llevábamos mucho tiempo y que la operación no se podía demorar más, por todo el despliegue que había se podía quemar el secreto operacional”, precisó el general Rodríguez.
Finalmente, la orden de la operación ‘Odiseo’ se dio a las 7:30. Según los cálculos, la flotilla aérea del Ejército y de la de Fuerza Aérea debía llegar a la zona del operativo en menos de 40 minutos. El riesgo de que las gruesas nubes volvieran a taponar el cielo era palpable. Varias de las aeronaves contaban con cámaras de video desde las cuales quedó grabado el inicio del vuelo.
Los aviones bombarderos llegarían primero y luego los helicópteros con la tropa, que según los planes debía desembarcar en tierra y tomarse la zona. Los pilotos no solo le temían al clima sino también a los francotiradores de la guerrilla.
Todo el bombardeo quedó grabado en video, principalmente desde las cámaras de los hombres que prestaban vigilancia al campamento desde aproximadamente 900 metros de distancia.
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