Un balazo en la región pectoral y otro en el muslo de la pierna derecha acabaron con la vida de Alejandro Efraín Rodríguez, de 20 años, cuando en compañía de su hermano de 16 años, veía la televisión en su humilde vivienda ubicada en la calle N° 9 del sector Los Rosales I, en El Tigre. eltiempo.com.ve / Sol Vargas García
En el suceso, registrado la noche del lunes, resultó herido el adolescente en el abdomen, brazo y muslo izquierdo, tras quedar atrapado en la línea de fuego.
Deysi Rodríguez, madre del joven, contó que ella estaba regando las matas cuando se percató de que dos individuos armados, cuyos rostros no pudo distinguir por la oscuridad, llegaron caminando desde los atajos del cementerio municipal.
Se dirigieron hacia la pequeña pieza de bloques que tenía la puerta abierta.
La mujer dijo que desde el lugar donde estaba pudo observar cómo los sujetos disparaban como “locos” contra los dos muchachos, sin que estos pudieran protegerse.
“Gracias a Dios mi hijo mayor Diego, estaba en el abasto comprando alimentos para preparar el almuerzo del día siguiente, de lo contrario lo hubiesen atacado también”.
Las detonaciones causaron alarma en el barrio. Un grupo de vecinos notificaron la situación irregular a los organismos de seguridad que acudieron al sitio para resguardarlo a la espera de los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).
El adolescente fue trasladado en una patrulla de la Policía Municipal de Simón Rodríguez a la emergencia del hospital general Felipe Guevara Rojas, mientras que el cadáver de Alejandro Efraín Rodríguez quedó encima de una cama.
Los victimarios, tras cometer el crimen, echaron a correr y escaparon por el camposanto.
Deysi entre sollozos decía: “Tanto que luché para tener a Alejandrito conmigo, y ahora me lo arrebatan de manera cruel. No puede ser”.
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