Las consecuencias las pagamos todos, especialmente los más pobres: el servicio de la deuda cuadruplica el monto destinado a la salud, por lo que es previsible que seguirá la crisis hospitalaria, lo cual no le importa a la boliburguesía gobernante pues sólo se atiende en clínicas privadas o en el exterior. Algo parecido podemos decir en el sector educativo, la “revolución” no ha construido nuevas escuelas, ni las construirá; las que existen seguirán en un estado deplorable y los maestros continuarán con sueldos miserables. La crisis eléctrica se agudizará, no sólo por la incompetencia de quienes dirigen el sector, sino porque no existe un plan de inversión. Las limitaciones presupuestarias afectan a todo el sector infraestructura y servicios, incluyendo a Ambiente y Vivienda, ministerios ahora fusionados y cuya asignación presupuestaria apenas supera el 6% del monto destinado a pagar la deuda. Es decir, se elevará el déficit habitacional y seguirán los desastres ambientales. Ni siquiera la seguridad de los venezolanos es considerada como una prioridad, así que la deuda nos puede salir muy cara a los que no tenemos escoltas y camionetas blindadas.
Muchos se preguntan ¿y con tantas penurias que sufre el país, cómo va a hacer el gobierno? No hay problema, al Ministerio de Comunicación e Información sí se le incrementó el presupuesto en un 119%, o sea no piensan construir casas pero habrá bastante propaganda de la Gran Misión Vivienda. No van a aumentar el sueldo a los maestros, policías o trabajadores de la salud, pero van a incrementar la pauta publicitaria a los medios oficialistas. No piensan construir escuelas pero crearon la Agencia Venezolana de Publicidad y le asignaron 220,7 Millones. No veremos soluciones pero si muchas vallas y bastantes franelas rojas. Por cierto, eso de “publicidad” suena a capitalismo, así que -para ser coherentes con su práctica- la “revolución” debería cambiarle el nombre a “Ministerio para la Ilustración Pública y Propaganda”, tal como se llamaba en la Alemania nazi. La sugerencia nace porque el libro más notable en la materia es Mein Kampf (Mi Lucha) de Adolfo Hitler, quien pensaba que la propaganda era una forma de ilustrar a una masa ignorante, susceptible de ser manipulada. ¿Acaso no es eso lo que piensa éste régimen del pueblo venezolano? Sin embrago, no han logrado frenar el descontento, ni podrán detener el cambio.
Richard Casanova
Dirigente progresista / Vicepresidente de ANR del Colegio de Ingenieros de Vzla.
Twitter: @richcasanova