Un niño de 5 años que había llegado a Nueva York procedente de Guinea-Conakry quedó ingresado el domingo por la noche en un hospital con fiebre alta para determinar si está infectado por el virus del ébola, informaron fuentes oficiales. EFE
La información, que había sido adelantada por medios locales, fue confirmada por el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, quien dijo, sin precisar muchos detalles, que el niño está acompañado por su madre, aunque ésta no presenta síntomas.
“El hecho de que la madre no presente síntomas es una señal muy alentadora”, afirmó De Blasio en declaraciones a los periodistas durante un acto oficial en esta ciudad.
Aunque en Nueva York ha habido otras personas con síntomas de ébola, que posteriormente han dado negativo en las pruebas, el caso del menor está recibiendo más atención, pues la semana pasada se supo que el médico Craig Spencer, de 33 años, padece la enfermedad.
Spencer estuvo trabajando en Guinea-Conakry hasta mediados de este mes y dio positivo en una prueba de ébola que le practicaron el jueves pasado. Es el primer caso en Nueva York y el cuarto diagnóstico de ébola en Estados Unidos.
De Blasio no dio detalles sobre el caso del niño, pero dijo que había llegado a Nueva York recientemente, de un país de África Occidental no especificado, y que había presentado “algunas dificultades” de salud.
“No está claro si son síntomas relacionados con el ébola”, insistió el alcalde neoyorquino, que pidió se mantenga el caso con las suficientes garantías para velar por la privacidad del menor y de su familia.
El niño, según medios locales, quedó ingresado en el hospital después de registrar una fiebre de 39,4 grados centígrados. Está aislado en la misma unidad clínica donde se encuentra desde el jueves Spencer, el único enfermo de ébola en Nueva York.
De Blasio dijo que en las próximas horas se conocerán los resultados sobre la prueba de ébola practicada al menor.
Según informes de medios locales, el niño había regresado a Nueva York el sábado pasado después de viajar con su familia a Guinea-Conakry, uno de los tres países más afectados por la epidemia del ébola en África Occidental, que se ha cobrado casi 5.000 vidas.