Un grupo de análisis de coyuntura nacional se adentra en la sustitución de Rodríguez Torres en el Ministerio del Interior y Justicia t la creciente dependencia de Nicolás Maduro de cuadros militares, activos y en retiro, para el funcionamiento del Ejecutivo Nacional.
Maduro enredado en su propia madeja
El asesinato de Robert Serra, de José Miguel Odreman y el resto de sus compinches, las declaraciones de José Vicente Rangel alarmado por los asesinatos y abusos del Cicpc, por fin., la destitución de Miguel Rodríguez Torre,s militar golpista del 4 de febrero y encargado durante 15 años de la inteligencia del régimen y finalmente el enroque desde el Ministerio de la Defensa al de Interior y Justicia de la Almirante en jefe. El nombramiento del General en Jefe Vladimir Padrino López en el Ministerio de la Defensa, la destitución de la directiva del Cicpc. Son evidentes señales que algo anda mal, que algo huele a podrido en Dinamarca. Esta situación le quedaría grande para ser reconocida con esa expresión Shakespeariana.
Diera la impresión que al Sr. Maduro le produce pánico la cólera de los “Colectivos”. Para muestra un botón: bastó que éstos anunciaran que realizarían una manifestación donde expresarían su rechazo al militar golpista Rodriguez Torres y al Cicpc para que se produjera esta crisis del Gabinete; debemos recordar que apenas dos meses se había producido el “Gran Sacudón” y estos funcionarios habían sido ratificados en sus cargos. También debe analizarse que el Ministro del interior era la máxima autoridad y estandarte de la lucha contra la primera necesidad de los venezolanos, la inseguridad, con un conjunto de planes, drones, miles de cámaras, patrullajes inteligentes, millones de dólares y bolívares en compras, etc. Pero en un minuto llegó la oscuridad, eso se apagó.
La sustitución es aún más angustiante por las señales que envía el régimen al país democrático, civil y civilizado. El nombramiento de la Almirante en Jefe, Ministra de la Defensa para dirigir la cartera de la política, de las relaciones con Gobernadores y Alcaldes, coordinadora de las policías, propulsora de la paz. Es que acaso, ¿no tiene el “Polo Patriótico” un dirigente capaz de asumir con algún brillo estos asuntos?.
O no será que lo que proponía el ministro saliente, de desarmar los irregulares, no era solo una propuesta de él, sino que era también un pedimento de la Fuerza Armada, y que es imposible permitir otros cuerpos armados distintos a ellos; y que esta designación indica que esa asignación no quedará pendiente y que la nueva ministra lo completará.
Otra interpretación, que no resulta descabellada, es que las contradicciones internas y divisiones en la dirigencia Psuvista impulsan a Maduro a fiarse mas de los militares que de sus compañeros interpares. Para nadie es un secreto las aspiraciones de Elías Jaua, el apetito insaciable de Diosdado Cabello por los puestos de mando, ejemplo, las distintas carteras de su hermano, etc. Los execrados del régimen, Héctor Navarro y compañía. El ala izquierdista y los militantes de Aporrea y la Marea.
El nuevo Ministro de la Defensa, no parece una novedad, sino la ratificación de quien tiene el mando en la Fuerza Armada, lo que resulta cada día más preocupante al común de los venezolanos es la militarización de los órganos de la administración pública. Para el señor Maduro es una calamidad y puede ser la causa y fin de su desventura. Más del cuarenta por ciento de los órganos del estado están en manos de Militares activos o en retiro, en momentos de diferencias y discordia entre algunos civiles y los mandos militares, ¿hacia donde se inclinaría la balanza?, ¿no habrá ninguna mente apasionada que piense que los civiles están de más para conducir el país en esta tremenda crisis política, económica, social y ética del país?.
“Se puede ser Capitán y no conocer de la mar, la brújula y el sextante, si conoce el rumbo y lideriza su tripulación”. Lamentablemente, parecería que Maduro adolece de todo.