Delincuencia obliga a cambiar el horario de las misas

Delincuencia obliga a cambiar el horario de las misas

Misas-Cura

Sonará a antítesis, pero él, sacerdote, perdió la fe. No en Jesucristo, su Señor y redentor, sino en la institucionalidad y, Ave María Purísima, en la justicia venezolana. A eso lo ha llevado, en un ejercicio de pragmatismo y desprovisto de todo dogma, la realidad que vive junto a su rebaño: las fauces de la delincuencia, publica Correo del Caroní.

La más reciente, el sábado pasado, cuando al final de una misa y antes de una boda, dos invitadas fueron sorprendidas por unos ladrones que las despojaron de sus pertenencias. Y, una vez más, los feligreses y Carlos Devera, párroco de la iglesia Virgen del Valle, ubicada en la avenida Monseñor Zabaleta, sufrieron los embates de la ingobernabilidad.





Reiteración
Pero la situación no es novedad. Ni para él ni para su parroquia. “A mí me habían robado antes, y denuncié tanto y no se hacía nada, que llegó un momento en el que perdí la fe. Parece que los funcionarios solo se preocupan por cuidar a los que les pagan”, relata.

Y, ya en Virgen del Valle, la situación, lejos de aplacarse, se atenúa. En esta sede le ha tocado su dosis también, pues “me robaron en junio y me quitaron el celular. Me dijeron que no les viera la cara porque, si no, me mataban. También ha pasado que durante las misas abren los carros para llevarse lo que está adentro, o se roban las baterías, y hasta un carro se llevaron”.